Opinión | Luces de la ciudad

¡Silencio, se rueda!

Las imágenes de hoy, si no las conservamos ahora, serán las imágenes que querremos recuperar mañana

Desde que se filmaron las primeras imágenes documentadas sobre Lorca, allá por 1903, Lorca: Fuente de San Cristóbal (José María Marín) y los desfiles de Semana Santa (Óscar Vaillard), hasta la grabación realizada hace tan solo un minuto por cualquier ciudadano anónimo con su cámara de vídeo o su móvil, han transcurrido exactamente 121 años. Durante todo este tiempo, aficionados y profesionales de la imagen en movimiento han plasmado en sus grabaciones el pulso vital de una ciudad como Lorca: su transformación urbanística, su cultura, su historia, sus tradiciones, sus monumentos, sus fiestas, su vida social…, sin embargo, este patrimonio audiovisual, estas imágenes filmadas por nuestros padres, abuelos y bisabuelos, con aquellos antiguos tomavistas de 8 y super-8 mm o con las primeras cámaras de vídeo, permanece disperso en colecciones privadas, y buena parte de él perdido en algún rincón de un trastero o en el fondo de un cajón, donde, con el paso de los años, se irá deteriorando o aún peor, desapareciendo

Sé de buena tinta que hay una propuesta sobre la mesa para la creación de un archivo audiovisual cuyo objetivo sería recuperar, conservar y poner en valor estas filmaciones y grabaciones, fieles guardianas de la memoria de Lorca y de los lorquinos. Además, me consta el interés de alguna entidad competente para poner en marcha este proyecto. 

Y ya, puestos a pedir, pidamos un proyecto ambicioso que, junto a las imágenes costumbristas -fundamentales para concebir la esencia, la forma de vida y la evolución de la sociedad lorquina-, englobe también todas las obras, documentales o de ficción, largometrajes o cortometrajes realizadas por autores lorquinos sea cual sea su temática; todas las grabaciones, reportajes y retransmisiones televisivas que se hayan realizado sobre Lorca, aunque sus autores no sean lorquinos, como por ejemplo, Los desfiles procesionales de Lorca (1917) realizado por la casa francesa Pathe’s Animated Gazette, o los numerosos NO-DO en los que la ciudad ha sido protagonista; y todas las películas de cine rodadas por completo o en parte en Lorca: El Beso de Judas (1953), Los misterios del Rosario (1956), El infierno prometido (1992), Malena es un nombre de tango (1996) o El Instinto (2024). Sin olvidarnos de que, a esta criatura, habrá que alimentarla a diario, porque las imágenes de hoy, si no las conservamos ahora, serán las imágenes que querremos recuperar mañana.

En definitiva, un proyecto de presente para rescatar el pasado, pero con vocación de futuro, que deje un legado antropológico a las generaciones venideras que les permita utilizar este material como herramienta de trabajo, de estudio, de investigación o por simple curiosidad para conocer la sociedad lorquina a lo largo del tiempo. No perdamos esta oportunidad.

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