Opinión | Con la venia

Tras el diluvio, la ruina

Tremenda e inesperada destrucción. Varias localidades de la Región de Murcia fueron azotadas, la semana pasada, por un temporal que hizo estragos

Un momento de las fuertes lluvias que cayeron la semana pasada en la ciudad de Murcia.

Un momento de las fuertes lluvias que cayeron la semana pasada en la ciudad de Murcia. / Juan Carlos Caval / LMU

Lluvias torrenciales, vecinos achicando agua, ciudadanos atrapados en tiendas ante la llegada repentina del diluvio, la estampa ya tradicional de contenedores ‘nadando’ por la ciudad, destrucción. Tremenda e inesperada destrucción. Varias localidades de la Región de Murcia fueron azotadas, la semana pasada, por un temporal que hizo estragos. Gracias a los móviles con cámara, y al afán de compartir de los afectados, los ciudadanos fuimos testigos hasta de cómo llegaba a llover dentro de un supermercado de Las Torres de Cotillas, y de la desgracia de muchos que, sin esperarlo, se vieron con la ruina encima: con el agua al cuello, literalmente.

¿Qué puedo hacer en el caso de ser uno de esos damnificados? En primer lugar, fotografiar todos los daños sufridos de forma clara (humedades, filtraciones, goteras...) y mandar una reclamación al seguro de hogar. En cuanto a los destrozos en los muebles, sería bueno intentar buscar los justificantes de pago o las facturas de compra (además de las fotos).

Lo lógico es que el seguro de hogar cubra los daños por pedrisco y por lluvias, salvo que superen los 40 litros por metro cuadrado.

A tener en cuenta una cosa: si vivimos en un piso, hay que confirmar si los daños sufridos son consecuencia de que haya elementos comunes en mal estado. Si es el caso, se puede reclamar al seguro de la comunidad.

Relevante es recordar la existencia del Consorcio de Compensación de Seguros, un organismo público que funciona como aseguradora frente a esos siniestros causados por hechos extraordinarios, si bien, el Consorcio únicamente responde si el damnificado tiene previamente contratado un seguro.

Como abogado, mi recomendación para todos los ciudadanos es que, antes de que llegue la tormenta, lean de forma exhaustiva las condiciones de las pólizas para decidirse por la que más le convenga. Como vecino, huelga decir que es importante mantener en buen estado los tejados, cubiertas y bajantes propias y comunitarias para evitar que los seguros pongan trabas. Porque, como enunció el escritor Mehmet Murat İldan, «no puedes escapar para siempre de la tormenta: debés aprender a hacerle frente». 

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