Opinión | El retrovisor

Como ayer

Se cumplen por estos días mis primeros veinticinco años colaborando con mis escritos, buenos o malos, mejores o peores, con el diario La Opinión.

Fue en el mes de julio de 1999 cuando Paloma Reverte, entonces directora del periódico, me invitó a contribuir con mis modestas letras a las páginas estivales del diario en un año tan señalado: fin de milenio, fin de siglo, en una época cargada de ilusión ante los nuevos tiempos que llegaban. Por aquellos entonces, la revista de sociedad Tribuna la Muralla, que un día imaginé y llevé a cabo con notable éxito, ocupaba mis aún jóvenes días, y así fue durante veinte fructíferos años. Aquella inolvidable y dinámica redacción fue una auténtica escuela de actividad frenética, la que me enseñó mucho de lo que hay que saber para sacar adelante un proyecto de información social. 

Pude y supe compaginar, gracias a la habilidad adquirida, los artículos para La Opinión con Tribuna la Muralla.

Sí, fue en un caluroso mes de julio, uno más de esos meses abrasadores en los veranos de Murcia, cuando empezaron a surgir las secciones más variopintas, las que siempre trataron de refrescar la memoria y el ambiente. Así nacieron «Los veranos de nuestra vida», «Cine de verano», «Mitomaníacos», «El Periscopio» y tantas otras, teniendo como protagonistas destacados a personalidades de los distintos sectores de la vida murciana.

Unas Bodas de Plata, las mías, con un periódico (aunque muy pocas veces haya pisado sus instalaciones) al que acudo con infinito cariño cada semana o cada día del verano y que me une a mis vecinos del papel prensa, amigos para siempre, vivos o muertos, activos o inactivos, como don Carlos Valcárcel Mavor, Juan Luis López Precioso, Javier Orrico, Paloma Reverte, Ángel Montiel, Paco Hernández, Emilio Masiá, Juan Beltrán. Santiago y Yayo Delgado, Juan Guillamón y muchos más de los que siempre aprendí.

El tiempo sigue siendo el peor enemigo de la humanidad. Cambian las formas pero no el fondo y ese fondo somos nosotros mismos con el escenario de una Murcia que trata de adaptarse a los nuevos tiempos que corren por este mundo, que no cesa de girar y de girar. 

Una temporada veraniega más, con bochorno, con calor o con los pies en el agua, disfrutando de la brisa marina o del viento de la montaña. Un verano junto a ustedes. Espero que lo pasen bien con los artículos que tratarán de refrescar el ambiente para todos.

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