Casco Histórico

El Ayuntamiento de Lorca busca opciones alternativas para los depósitos de los Canales del Taibilla

Cedidos hace poco menos de un año al Consistorio, su transformación está íntimamente ligada al proyecto para restaurar la antigua cárcel

Vista general de la zona de los depósitos desde la iglesia de Santa María.

Vista general de la zona de los depósitos desde la iglesia de Santa María. / Daniel Navarro

Daniel Navarro

Daniel Navarro

En julio del año pasado el Estado cedía al Ayuntamiento de Lorca los antiguos depósitos de agua de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla situados entre los barrios de San Pedro y Santa María. Desde entonces, el futuro de este espacio de 3.000 metros cuadrados en pleno casco histórico permanece en el aire, a pesar de ser una reivindicación histórica de los diferentes grupos que han pasado tanto por el Gobierno como por la oposición local.

Según fuentes municipales, el problema se encontraría en que el proyecto para reformar la zona va de la mano de la restauración de la antigua cárcel, puesto que la subvención de 4,77 millones de euros concedida al efecto –procedente de los fondos Feder– no sería suficiente para acometer las dos obras. "Se está estudiando si es viable mantener el proyecto que se presentó, y dónde destinar más recursos. Hay que reorganizarlo todo; el presupuesto da para lo que da y la cárcel va a consumir la mayor parte del presupuesto", señalaba a LA OPINIÓN la edil de Desarrollo Local, Rosa Medina.

No obstante, el proyecto seguirá adelante de una forma u otra: "Se va a acometer. Estamos estudiando todas las opciones, y la que sea más viable será la que se ejecute", aseveraba la concejala.

Refugio climático

Tras muchos dimes y diretes, durante la legislatura anterior el equipo de Diego José Mateos apostaba por convertir el lugar en un 'refugio climático', y así se presentó a la primera convocatoria del programa de Acciones Urbanas Innovadoras, dentro de la Nueva Bauhaus Europea, con el nombre de ‘Euio1-273 NatUR-W’.

Según el mismo, la estructura no sería destruida, sino que los depósitos servirían para recoger y almacenar el agua de lluvia estacional con fines de riego, aportando agua a los jardines circundantes. Asimismo, se pretendía mejorar la eficiencia energética del antiguo edificio de la cárcel, declarado Bien de Interés Cultural, y de tres viviendas sociales para ciudadanos vulnerables. De hecho, se pretendía que todos los inmuebles fueran equipados con un nuevo sistema autosuficiente llamado GreenThermoWall (GTW), que consiste en un muro verde que utiliza biopoliuretano como sustrato para las plantas.

Puerta de los depósitos a pie de calle.

Puerta de los depósitos a pie de calle. / Daniel Navarro

Este sustrato actúa como material aislante que ayudará a mantener las temperaturas interiores de las edificaciones comprendidas en el proyecto a niveles confortables, lo que reduciría la huella de carbono. Este sistema solo requiere riego en verano —de ahí la importancia de los depósitos— lo que reduce las necesidades de agua respecto a otros muros verdes. Precisamente, esta propuesta de aunar un uso responsable del agua con la eficiencia energética de los edificios y la creación del bosque urbano, era lo que confería un valor diferenciador al proyecto, permitiendo obtener mayor puntuación para la concesión de la subvención.

Preguntada al respecto del futuro del proyecto la concejala señalaba que "la idea es desarrollar el proyecto de forma que mantenga la esencia del anterior para no perder la subvención, pero que sea viable económicamente en todos los sentidos".