El Estado cede al Ayuntamiento los viejos depósitos de Canales del Taibilla en los barrios altos de Lorca

Luz verde para renaturalizar este espacio y convertirlo en un bosque urbano mediante una subvención de los fondos FEDER

Los viejos depósitos de los barrios altos serán claves para desarrollar un proyecto bioclimático que también beneficiará a la antigua cárcel.

Los viejos depósitos de los barrios altos serán claves para desarrollar un proyecto bioclimático que también beneficiará a la antigua cárcel. / Gloria Piñero

El Ayuntamiento de Lorca ha obtenido, mediante mutación demanial —una figura jurídica que implica el cambio de afectación de un bien de dominio público a un fin distinto— la cesión de los antiguos depósitos de agua de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla situados entre los barrios de San Pedro y Santa María, a pocos metros de la plaza de España. La solicitud fue realizada a Patrimonio del Estado, dependiente del Ministerio de Hacienda, el pasado mes de marzo, tal y como informó entonces el ex alcalde de Lorca, Diego José Mateos, y ya ha obtenido luz verde. 

La aspiración de convertir este espacio de 3.000 metros cuadrados en un nuevo pulmón verde para la ciudad ha sido una reivindicación histórica de diferentes grupos políticos con representación en el Ayuntamiento. En 1998, el PP, en aquel momento en la oposición, planteó reconvertir esta instalación en una gran zona verde. En 2008, ya en el gobierno municipal, el entonces concejal de Parques y Jardines, Ángel Meca Ruzafa, anunció la construcción allí de la que sería “la primera superficie ajardinada del casco histórico artístico”. Sin embargo, no llegó a materializarse. 

En 2020, fue el Grupo Municipal de Izquierda Unida-Verdes el que propuso un proyecto bajo un nuevo enfoque urbanístico enmarcado en las “Acciones Urbanas Innovadoras” de la Unión Europea (EUI-IA) y que se caracterizan por la sostenibilidad, la inclusión y la estética. La idea era construir un parque de grandes dimensiones que incorporase una zona de skate aprovechando la particular orografía del terreno. La formación de izquierdas se mostró partidaria de conservar los viejos depósitos para crear un centro de ocio alternativo juvenil. La zona, enmarcada en el conjunto histórico monumental de la ciudad, "tiene un potencial increíble y no puede seguir ofreciendo una imagen de marginalidad, obligando a los vecinos que quieren mejorar su calidad de vida y el entorno que habitan a hacerlo en condiciones impropias del siglo XXI”, dijeron desde IU-Verdes. 

Su propuesta de convertir este solar en un refugio climático, en lugar de recreo y encuentro público, fue recogida por el anterior equipo de Gobierno del PSOE, que la presentó como el proyecto ‘Euio1-273 NatUR-W’ a la primera convocatoria del programa de Acciones Urbanas Innovadoras, dentro de la Nueva Bauhaus Europea, que promueve la dimensión arquitectónica y su valor para mejorar la calidad de vida en las ciudades. La actuación ha recibido finalmente una subvención de 4,7 millones de euros de los fondos FEDER, que también servirá para la rehabilitación integral de la antigua cárcel con el objetivo de  convertirla en un espacio sociocultural que albergue la Universidad Popular. 

Los viejos depósitos, que ocupan una superficie de unos 400 metros cuadrados, no serán finalmente destruidos. Servirán para recoger y almacenar el agua de lluvia estacional con fines de riego, lo que mejorará las prácticas de gestión del agua. Pero, sobre todo, resulta imprescindible para poner en marcha un Plan de Regeneración Urbana basado en la Naturaleza a través del agua, que servirá para mejorar la eficiencia energética del antiguo edificio de la cárcel, declarado Bien de Interés Cultural, y de tres viviendas sociales para ciudadanos vulnerables que serán también rehabilitadas en el marco de este proyecto. Las viviendas y la antigua prisión estarán equipadas con un nuevo sistema autosuficiente llamado GreenThermoWall (GTW), que consiste en un muro verde que utiliza biopoliuretano como sustrato para las plantas.

Este sustrato actúa como material aislante que ayudará a mantener las temperaturas interiores de las edificaciones comprendidas en el proyecto a niveles confortables, lo que reducirá la huella de carbono. Este sistema sólo requiere riego en verano —de ahí  la importancia de los depósitos— lo que reduce las necesidades de agua respecto a otros muros verdes. Precisamente, esta propuesta de aunar un uso responsable del agua con la eficiencia energética de los edificios y la creación del bosque urbano, ha conferido un valor diferenciador al proyecto, lo que le ha permitido obtener mayor puntuación para la concesión de la subvención.