Emergencias
Se cumplen 30 años del incendio más devastador sufrido en la Región
El 4 de julio de 1994 se desató un fuego en Moratalla que llegó a afectar a más de 30.000 hectáreas, por suerte sin víctimas mortales
Treinta largos años han pasado desde aquel lunes 4 de julio de 1994, cuando los montes de Moratalla se convirtieron en un auténtico infierno, temiéndose lo peor. Aunque afortunadamente no hubo daños personales, aquel incendio se convirtió en la mayor catástrofe medioambiental de la Región y uno de los incendios forestales más severos de España, arrasando cerda de 30.000 hectáreas. Las alarmas sonaron a las 10.30 de la mañana: se trataba de un incendio en Moratalla. A las altas temperaturas había que sumar el fuerte viento que quemaba en la cara.
Treinta años después se sabe que la causa pudo estar en un fallo eléctrico, provocado por el contacto de un pino con el tendido eléctrico produciendo una chispa que originó la catástrofe, ya que en días anteriores se habían realizado labores de mantenimiento en el cableado de la zona.
El responsable de Protección Civil en Moratalla, Francisco Navarro, que también participó en las labores de extinción del incendio del 94 explica que «fue un incendio de sexta generación, todo comenzó con un conato y se dieron todos los factores negativos que podíamos tener aquella semana», destacando que «llevábamos tres años de sequía, los embalses vacíos y una ola de calor en toda la península con incendios forestales por toda la geografía española». Sobre la evolución del incendio explicó que «lo llegamos a tener controlado dos veces, pero las fuertes rachas de viento y el calor que superaba los 40 grados hizo que avanzara sin poder paralo», subrayando que «además, hay que sumar que el monte llevaba muchos años sin limpieza ninguna, todo eso facilito su gran propagación». Navarro recordaba cómo han cambiado los tiempos, con la mejora de medios, el cambio de hidroaviones por helicópteros que tienen mayor operatividad, la vigilancia en garitas y las brigadas forestales y técnicos que están desplegados en el Plan Informur en nuestros días.
En el momento de mayor ebullición del fuego se llegó a mantener diversos frentes que sumaban más de 90 kilómetros, hubo que desalojar multitud de viviendas. En total se perdieron más de 30.000 hectáreas de las sierras de la Mula y del Cerezo y los montes situados entre ésta y el santuario de Nuestra Señora de la Esperanza, en Calasparra, a orillas del Río Segura; salvándose la sierra de Hondares. También se vieron afectados las proximidades del Benizar, Camping La Puerta (que fue desalojado), Calasparra, la reserva natural de Sotos y Bosque de la ribera de Cañaverosa y Cieza, llegando las llamas a los términos municipales de de Jumilla, y Hellín y Socovos en Albacete.
El alcalde de Moratalla, Juan Soria, era brigadista forestal en 1994, estuvieron trabajando una semana sin descanso, «era una época donde los medios eran muy insuficientes, teníamos un camión con poco más de 2.000 litros, era apagar un incendio con una regadera». Entre las medidas preventivas que reclamó el regidor fue la petición que han elevado a la CHS, para que autorice la apertura de la prensa de la Risca y que tenga agua en las épocas de riesgo algo de incendio, para que los medios aéreos tengan un lugar de recarga.
Más medios y regeneración
El vicepresidente y consejero de Interior, Emergencias y Ordenación del Territorio, José Ángel Antelo, reclamaba en Moratalla al Gobierno de la Nación «más medios para aumentar las capacidades de extinción de incendios de la Región de Murcia», y le ha instado a «no repetir los errores» que desencadenaron «el mayor incendio forestal del siglo XX en España y el quinto en toda la historia y que, durante ocho días, asoló 30.000 hectáreas del pulmón verde de la Región». Criticó, tal y como ya hizo en una misiva dirigida a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, que el despliegue de los medios estatales de apoyo a la Región en la lucha contra los incendios «sufrió una merma el pasado año y todavía no se ha repuesto».
Desde aquella tragedia no se han escatimado esfuerzos por recuperar toda la masa vegetal que entonces se perdió y que aún falta por reponer. El Proyecto Replant tiene como objetivo sanar y restaurar todas las áreas naturales afectadas por el fatídico incendio.
Desde entonces, el Gobierno de la Región de Murcia ha venido realizando diversas actuaciones en la zona para recuperar las condiciones previas al incendio y ayudar a la regeneración surgida tras éste a su desarrollo en condiciones más favorables. Ello se ha conseguido, fundamentalmente, gracias a los tratamientos silvícolas que han conseguido reducir la competencia en el pinar, de tal modo que los pies seleccionados pudiesen desarrollarse en mejores condiciones y así tener un crecimiento más rápido, dando lugar a una cubierta madura en menos tiempo.
Además de tratamientos silvícolas, se hacía necesario mejorar en la zona del incendio una serie de infraestructuras fundamentales para actuar frente a los incendios, tales como caminos de acceso. Otra línea de trabajo ha estado encaminada a la recuperación de la biodiversidad vegetal perdida en casi toda la zona, reintroduciendo las especies.
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