Polémica

Los estudiantes de Enfermería de Cartagena valoran nuevas movilizaciones

Los alumnos lamentan la «incertidumbre y las promesas incumplidas» sobre su integración como Facultad en la Universidad de Murcia

Protesta de Enfermería del pasado mes de enero.

Protesta de Enfermería del pasado mes de enero. / Iván Urquízar

«Seguiremos de cerca los movimientos de las instituciones para conseguir que se cumplan nuestras peticiones y no dudaremos en realizar las medidas de presión que sean necesarias». Así se posicionan los estudiantes de la Escuela de Enfermería de Cartagena ante la demora de su integración de pleno derecho en la Universidad de Murcia (UMU) tal y como prometieron desde la institución docente y el Gobierno regional.

En un comunicado, los alumnos han hecho balance del presente curso que «no ha estado exento de sorpresas, en su mayoría desagradables». Afirman que «el estudiantado ha vuelto a demostrar, una vez más que está dispuesto a luchar por su escuela, por una educación pública de calidad y sobre todo por un trato justo respecto a nuestros homólogos de las demás facultades de la Universidad de Murcia».

Y es que, recuerdan que en la última reunión que tuvieron los alumnos a finales de mayo en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), que debe acoger la Escuela el próximo curso, con el director general de Universidades, Antonio Caballero, se les informó de que el borrador del convenio de integración en la UMU «ya estaba listo» y que pronto les llegaría antes de proceder a su firma. A día de hoy, insisten, siguen esperando esa comunicación.

Los estudiantes recuerdan que han pasado casi cinco meses de «promesas y buenas intenciones», desde que se levantó el encierro que protagonizaron en las instalaciones que utilizan ahora en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) para impartir sus clases. «Cinco meses esperando una integración real y completa de nuestra Escuela en la universidad, tal como marca la Ley Orgánica de Educación Superior y esperando la aprobación del Consejo de Gobierno al borrador del convenio de integración, y las fechas para la conversión en Facultad, según lo establecido por la Ley», señalan.

Despido de personal

«No podemos entender cómo, durante el encierro, se nos aseguró que la integración se podía hacer rápidamente, y tras su levantamiento, se volvió un proceso complejo que debía hacerse ‘con tiempo y bien’», lamentan e insisten en que finalizando junio, solo tienen «incertidumbre, promesas incumplidas y la reciente noticia de que ha todo el personal de la escuela lo echarán el 1 de julio», algo que aumenta su incertidumbre, ya que no saben quién les ayudará con las matrículas, los prácticum o con la recepción de documentación en el Aulario del Rosell.

Por todo ello, agradecen el apoyo que han recibido de la ciudadanía y anuncian que seguirán de cerca los próximos movimientos sin descartar retomar las movilizaciones.