Tribunales

Parricidas de la Región de Murcia con responsabilidad limitada

La mujer que mataba esta semana a cuchilladas a su padre y hería a su madre en Librilla tiene una enfermedad mental grave que podría hacerla inimputable

La Región ha sido escenario de varios crímenes en los que los autores no tienen responsabilidad penal. Uno de los más sonados, en Santomera en 2008

Antonio en Molina de Segura, Angelo en Santomera y Juan José, Héctor y Francisco en Murcia tienen alteradas sus facultades mentales y cometieron parricidios.

Antonio en Molina de Segura, Angelo en Santomera y Juan José, Héctor y Francisco en Murcia tienen alteradas sus facultades mentales y cometieron parricidios. / Juan Carlos Caval / Gloria Nicolás / Israel Sánchez

Ana Lucas

Ana Lucas

Una mujer de 36 años de edad era detenida esta semana por acuchillar hasta la muerte a su padre y dejar malherida a su madre en su vivienda de Librilla. Cuando llegaron los agentes al domicilio, la mujer estaba apuñalando a su progenitora en el exterior de la casa. La redujeron, le quitaron el cuchillo que portaba en las manos y taponaron, hasta la llegada de los sanitarios, la herida que la víctima tenía en el cuello. Por el padre no pudieron hacer nada: yacía muerto en su dormitorio.

Un agente de la Guardia Civil y otro de la Policía Local, en la vivienda donde se produjo el parricidio de Librilla.

Un agente de la Guardia Civil y otro de la Policía Local, en la vivienda donde se produjo el parricidio de Librilla. / MARCIAL GUILLÉN (EFE)

Muchos residentes en el pueblo sabían que esta vecina tenía una enfermedad mental. Le había sido diagnosticada hace tiempo, había sufrido brotes en otras ocasiones y las peleas con sus progenitores no eran algo excepcional. Esta dolencia puede exonerar a la mujer de ir a la cárcel. Si los informes forenses así lo determinan, podría ser considerada una persona inimputable.

La Región ha sido escenario de numerosos casos en los cuales se ha probado que el sospechoso ha cometido un asesinato, pero hay una exención de responsabilidad penal (o responsabilidad atenuada, en algunas ocasiones) por su trastorno mental. En el primer caso, estas personas están abocadas al psiquiátrico penitenciario

El crimen de Santomera

En abril de 2008, el joven Angelo acababa con la vida de su madre, le cortaba la cabeza y se paseaba con ella en la mano por las calles de Santomera

«Ahora estás callada, te quiero mucho», le decía el chico al llegar a la plaza del Ayuntamiento, contaron luego los vecinos y testigos del macabro paseo. Los vecinos se apresuraron entonces a contar que el chico tenía problemas con las drogas y padecía un trastorno mental, debido al cual ya había pasado por varios centros psiquiátricos.

Cordón policial en el mesón Mar de Galilea, en Santomera, la noche de la tragedia 2008.

Cordón policial en el mesón Mar de Galilea, en Santomera, la noche de la tragedia 2008. / Gloria Nicolás

No sólo eso: la situación había adquirido tales tintes que la propia víctima, Teresa, había contado en la tele (en el programa Gente, que entonces emitía La 1 de Televisión Española) que tenía miedo de su hijo, que podía llegar a agredirla. 

Angelo, que tenía 34 años cuando cometió el crimen, ingresó al día siguiente en Foncalent. En septiembre de 2009 se celebraba su juicio, que no fue tal. Fiscalía y defensa llegaban a un acuerdo para que el parricida ingresase en un centro de salud mental. Se le aplicó la eximente completa de enajenación mental.

El crimen del doctor Villegas

En agosto de 2020, el joven Héctor mató a su padre a cuchilladas en el portal de su casa de Murcia. El asesinado era el conocido doctor José Antonio Villegas, hermano del entonces consejero de Sanidad de la Región. Tras cometer el crimen, Héctor cogió el coche y condujo hasta un pueblo de Albacete, donde fue localizado y detenido

En el juicio, en diciembre de 2021, Héctor, muy tranquilo, declaró que pensaba que su progenitor era «el culpable» de todos «sus males»

El joven Héctor, cuando fue detenido por matar a su padre a cuchilladas en 2020 en Murcia.

El joven Héctor, cuando fue detenido por matar a su padre a cuchilladas en 2020 en Murcia. / Israel Sánchez

«Mamá, si me vuelves a decir algo sobre la medicación, me voy a Murcia y te corto el cuello», apuntó en el juicio la madre de Héctor que llegó a decirle su hijo en una ocasión. «No aceptaba el diagnóstico que tenía porque él es muy inteligente: ha tenido varios diagnósticos. Él tenía expectativas, quería tener una vida como los demás», manifestó.

El fiscal, la acusación particular (que ejercían la esposa y la hija de la víctima) y la defensa pidieron el ingreso en un establecimiento adecuado a su esquizofrenia

El crimen de la báscula

La Audiencia Provincial de Murcia acogía en noviembre de 2021 el juicio contra Juan José, que se sentaba en el banquillo de los acusados por matar a su madre a golpes con una báscula en verano de 2020. Una mujer que, contó en la sala el propio Juan José, le habría agredido en varias ocasiones «con una zapatilla» y también, según él, habría maltratado a su padre, fallecido en 2009.

Agentes de la Policía Nacional custodian a Juan José  en el juicio del crimen de la báscula.

Agentes de la Policía Nacional custodian a Juan José en el juicio del crimen de la báscula. / La Opinión

«Era una mujer con un tabaquismo atroz; bebía habitualmente, se encontraba muchas veces ebria, me pegaba manotazos y me gritaba y maltrató a mi padre», rememoraba Juan José, diagnosticado de esquizofrenia.

El día que la mató, «iba a hacerme una infusión y mi madre me decía ‘gordo, gordo’», afirmó el hombre, que perdió más de 40 kilos desde el día del crimen hasta el juicio. La pena: traslado a un psiquiátrico, por un máximo de una década, y tres años y medio de cárcel con posterioridad, tal y como se recoge en el Código Penal. El jurado dictaminaba que Juan José tenía una eximente incompleta, por lo que tiene sus facultades disminuidas considerablemente, pero no anuladas.

El crimen de Churra

Francisco mató a cuchilladas a su hermana en Churra en verano de 2020 y a continuación se fue a misa. Dos años después, se sentaba en el banquillo de la Audiencia Provicial de Murcia. Estaba abocado al psiquiátrico penitenciario debido a su enfermedad mental, y así quedaba sentenciado, en una resolución firme: quince años internado.

Allegados de la mujer a la que mató su hermano en Churra se abrazan, momentos después del suceso.

Allegados de la mujer a la que mató su hermano en Churra se abrazan, momentos después del suceso. / JUAN CARLOS CAVAL

Gloria, la mujer a la que mató, recibió más de 30 puñaladas en órganos vitales, como el corazón o el pulmón, que le atravesaron la arteria aorta.

Este hombre tiene psicosis atípica, cuadro asimilable desde el punto de vista médico legal al de esquizofrenia paranoide en cuanto a sintomatología, evolución e imputabilidad.

El día que mató a Gloria, empezaron a pelearse porque la mujer había puesto una lavadora, pero sin haber metido ropa de él. La discusión fue subiendo de tono hasta que Francisco agarró un cuchillo y cosió a puñaladas a su hermana.

El parricidio de Molina

El caso más reciente que ha llegado a la Audiencia Provincial. Antonio L.P., acusado de matar a su padre al lanzar cócteles molotov y liarse a tiros en Molina de Segura en 2021, se sentaba en el banquillo de la Audiencia Provincial de Murcia, aunque está abocado al psiquiátrico penitenciario debido a su enfermedad mental. La Fiscalía considera que concurre en él la eximente completa de alteración psíquica.

Antonio llegó a disparar a un policía: lo apuntó con una carabina y le dijo: «Si tienes hijas no te acerques, ésta no es tu guerra».

Solo dos psiquiátricos penitenciarios en España

La administración penitenciaria española cuenta con dos hospitales psiquiátricos: el de Fontcalent, en Alicante, y otro en Sevilla. Es en el de la vecina provincia donde suelen ingresar los inimputables de la Región de Murcia, por una cuestión de cercanía. No son cárceles: se trata de establecimientos sanitarios, aunque tienen medidas de contención y vigilancia similares a las de los centros penitenciarios ordinarios, como serían los penales de Sangonera o Campos del Río. No en vano, sus huéspedes han delinquido.