'Yo, el difamado': Fernando VII se defiende

Pocas figuras de la Historia de España son tan detestadas como Fernando VII, el último rey absolutista, que el tópico historiográfico ha masacrado de manera inmisericorde como el prototipo del monarca traidor. El ensayo firmado por el periodista Luis del Pino nos presenta, en cambio, a un rey víctima de las circunstancias convulsas de su época que, sin embargo, afrontó todas las amenazas que se ceñían sobre su corona y su país con una dignidad que contrasta fuertemente con la actitud de su padre, Carlos IV, un petimetre en manos de Godoy, con toda seguridad uno de los personajes más nefastos de nuestra historia reciente.

El autor analiza los asuntos clave en los que se desarrolla una trama apasionante donde se entreveran rebeliones palaciegas, las mentiras del corrupto Godoy, la amenaza constante y muy real de Napoleón (atención a la correspondencia con Murat, su delegado en Madrid, muy bien reflejada en este libro) y, finalmente, la trampa de las Cortes de Cádiz y su constitución liberal, elaborada a espaldas y contra los deseos del pueblo español.

En el libro, Fernando VII se dirige a nosotros, convertidos en jurado de la Historia, con un amplio alegato en el que presenta el caso de su presunta felonía. A lo largo de sus casi 700 páginas, el rey denostado recurre al apoyo documental y a los testimonios fiables de la época para desmontar, una por una, todas las acusaciones de las que ha sido objeto en los últimos dos siglos.

Además de la originalidad del formato de este ensayo, cabe atribuir al autor su sagacidad al hacer hincapié en los problemas de comunicación de la época y las consecuencias, en algunos casos dramáticas, que se derivaron de este hecho. Con la correspondencia circulando en carruajes y caballerías, a menudo interceptadas, Napoleón, Murat, Godoy, Carlos IV, su esposa y Fernando VII escribieron cartas y documentos sobre la base de informaciones desfasadas o sin tener en cuenta otras epístolas ya escritas de las que no tenían conocimiento. Luis del Pino tiene en cuenta esta circunstancia crucial para situar en su contexto real documentos de la época dados por incontestables que, sin embargo, encierran ese tremendo defecto de origen.

A la luz de la investigación del autor, Fernando VII fue un rey leal a España y a los españoles, a los que defendió en condiciones dramáticas. El libro, con abundantísimas referencias documentales, desmonta también la imagen seráfica de los liberales protagonistas de las Cortes de Cádiz, una obra política mucho más polémica y alejada de las aspiraciones reales del pueblo español de lo que el tópico historiográfico ha consagrado.