Opinión | Fayna y El Yoyas

Imma Sust

Descansa, querida

Imaginaos a las que viven encerradas en su casa sin cámaras, sin redes y sin ayuda. Terror es poco. Y luego, algunos nos llaman feminazis

Foto de archivo de Carlos Navarro, conocido como 'El Yoyas'.

Foto de archivo de Carlos Navarro, conocido como 'El Yoyas'.

Hoy me he levantado con una buena noticia. Han detenido a Carlos Navarro, más conocido como ‘El Yoyas’. Un apodo consecuencia de su violento carácter en la segunda edición del famoso ‘reality’ Gran Hermano. El tiempo le ha dado la razón a Mercedes Milá cuando afirmaba que era un experimento sociológico. Hemos podido, a lo largo de los años, seguir el proceso de una realidad mal entendida a veces. La violencia de género. Carlos entró en Gran Hermano en el año 2001, tuvo un idilio con Fayna Bethencourt y a los dos días de concurso ya la humillaba, maltrataba y amenazaba. A tal punto que la dirección del programa lo expulsó. 

Fayna, siguiendo el papel a rajatabla de la mujer sumisa que ha caído en las garras de un maltratador, no solamente no se separó del Yoyas, sino que lo defendió a capa y espada. Él seguía comportándose de forma violenta en público, pero seguía siendo invitado a tertulias y programas de televisión

Estuvo más de 10 años en la tele y la radio (Crónicas marcianas, Salvados, Catalunya opina, etc.) diciendo mil barbaridades. Luego se metió en política y acabó de concejal de ultraderecha. Fayna se mantuvo en la sombra, tuvo dos hijos y se limitó a ser la mujer del Yoyas. Coincidí una vez con ellos en el programa Cazamariposas y pude comprobar cómo esa mujer llena de luz y alegría había pasado a ser nadie. Una nadie triste, gris y ahora sabemos que absolutamente aterrada. 

No fue hasta unos 16 años más tarde cuando reunió el valor para huir de su verdugo, lo denunció y se atrevió a contar el calvario por el que estaba pasando. Una vez más, la sociedad le giró la espalda. 

El Yoyas fue condenado a seis años por maltratar a su mujer y a sus hijos menores en 2020, pero nunca entró en prisión. Se fugó. Lo encontró un periodista que en lugar de llamar a la policía le hizo una entrevista. Fayna siguió luchando contando su historia, intentando ser feliz con sus hijos pero temiendo por su vida y la de ellos. Ahora parece que se ha hecho justicia. Lo han encontrado por fin. No sabemos cuánto tiempo estará en la cárcel. 

Yo solo pienso en ti, Fayna. Por fin podrás dormir y descansar. El sistema comunicativo alimentó a la bestia de una forma acrítica y de aquellos polvos vienen estos lodos. Siento mucho que hayas tardado 26 años en recibir el apoyo que toda mujer merece. Imaginaos a las que viven encerradas en su casa sin cámaras, sin redes y sin ayuda. Terror es poco. Y luego, algunos nos llaman feminazis. 

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