Universidad de Murcia

Dorothy Estrada: "Los derechos humanos son la base para construir una sociedad pacífica"

Profesora de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho de la UMU

Dorothy Estrada

Dorothy Estrada / Alfonso Durán

Javier Vera

Javier Vera

¿Qué le llevó a especializarse en Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales, ámbito en el que ejerce como profesora en la Universidad de Murcia?

El principal motivo de esta elección fue el interés por estudiar cómo se puede emplear el derecho para fines de valor social, objetivos relacionados con la justicia, algo que de entrada puede sonar algo romántico o idealizado, pero que, en realidad, si uno piensa en todos los sistemas normativos que han tenido las sociedades humanas a lo largo de la historia, ese es uno de sus objetivos. También tenía para mí una finalidad muy práctica, conectada con la vida real, y no era otra cosa que abordar la violación de los derechos humanos, particularmente de aquellas personas que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad, marginación o discriminación.

Me llamaba la atención entender cómo desde perspectivas muy diferentes (idiomas, religiones, culturas), de ahí su carácter internacional, se pueden construir normas comunes. Que diferentes países, comunidades y organizaciones acepten unas reglas del juego a las que debemos atenernos.

¿Por qué decidió venir a Murcia hace casi diez años para desarrollar aquí su carrera profesional?

Yo ya había visitado Murcia en alguna que otra ocasión durante el doctorado, pero no fue hasta el año 2013 que me instalé a vivir aquí. Yo inicié mi carrera profesional en México, donde crecí y me formé, y allí pude dedicarme a distintos trabajos relacionados con la aplicación práctica del derecho. Amplié mis conocimientos en Londres, donde realicé un máster sobre Filosofía Política. Tras esto volví a México, donde me impliqué en trabajos relacionados con los derechos humanos, tanto en el Ministerio de Asuntos Exteriores como en la Oficina de la ONU en México o la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.

No fue hasta que inicié mi doctorado en Florencia cuando comenzaron a formarse mis vínculos con Murcia, y es que allí conocí al que ahora es mi marido. Me enamoré y al terminar el doctorado, ya que él se encontraba trabajando en la Universidad de Murcia, decidí venir a Murcia e intentarlo hasta que conseguí mi plaza de profesora en la UMU.

Desde 2022 ejerce como presidenta del Grupo de Trabajo de la ONU sobre la discriminación contra las mujeres y las niñas. ¿Cuánto se está avanzando realmente para combatir esta lacra a nivel global?

Creo que actualmente hay tendencias en competición. Vemos avances muy relevantes por ejemplo en el derecho a voto de las mujeres, algo que hace 100 años no existía. Al mismo tiempo hay una tendencia que se resiste a la igualdad de género verdadera, y la vemos reflejada no solo en países autoritarios donde se ejerce una dictadura, sino también en países democráticos, donde vemos propuestas de algunos partidos políticos de posturas extremas, ya sea negando los derechos humanos de las mujeres y las niñas o afirmando que esos derechos ponen en riesgo los derechos de otras personas.

Desde 2018, ese grupo de trabajo de la ONU alzó la voz de alarma e indicó que había un retroceso en la igualdad de género y que había que reafirmar los puntos más básicos de la Declaración Universal de Derechos Humanos, porque si bien sabemos que estos son universales, sabemos que no es universal la posibilidad de verlos violados. Estas disparidades de poder hacen que, en la vida diaria, muchas mujeres y niñas no puedan acceder a sus derechos. Esos retrocesos en materia de género se manifiestan con distintos indicadores, como la negación de la violencia y discriminación de género, o la reafirmación de ciertos valores familiares como si fueran incambiables.

¿Por qué es tan importante que todos los ámbitos de la vida se enfoquen con perspectiva de género?

Precisamente es uno de los objetivos sobre los que trabajan varias entidades de la UMU, que todos los temas que rigen el día a día, también en el ámbito de la ciencia y la investigación, sean vistos desde una perspectiva de género. Y es que a veces olvidamos que las mujeres y niñas componen la mitad de la humanidad. Y aunque haya diferencias entre ellas, existe un denominador común que son esas dificultades a las que tienen que hacer frente para acceder a sus derechos.

También ha mostrado interés en los últimos años por el ecofeminismo. ¿Qué nos puede contar acerca de este movimiento social?

Es uno de esos movimientos sociales que tratan de abogar por un entendimiento más responsable de nuestra relación como seres humanos con el medioambiente, la industria y el sector productivo. Por una parte, los movimientos ecologistas proponen un entendimiento por el que seamos capaces de concebirnos a los seres humanos como uno de los elementos del ecosistema, una pequeña parte de ese gran todo que es el planeta. Y, por otro lado, un componente feminista que propone que ese nuevo entendimiento de nuestra relación con el medioambiente tiene necesariamente que incorporar la visión de género y la participación y toma de decisiones de las mujeres.

Qué es necesario para seguir avanzando en materia de derechos humanos?

Creo que tenemos que lograr una mayor conexión entre los diferentes movimientos sociales y también jurídicos, no solo para poder presentar críticas, sino también para poder construir propuestas alternativas, para que los derechos humanos sean un proyecto viable y creíble. También defender y reivindicar los derechos humanos en todas las situaciones de conflictos armados.

Los derechos humanos cumplen una función preventiva; a lo mejor los pensamos garantizados, pero si no los defendemos podemos llegar a perderlos. No son horizonte, sino una base sin la cual no podemos construir una sociedad pacífica sostenible en el tiempo.