Homenaje

Un ‘tratado de amistad’ para recordar hasta la eternidad al archivero de Lorca Juan Guirao

José Luis Molina y Juan Grima presentaban anoche ‘Amicitae Lectio’ que firman 29 investigadores

Juan Antonio Grima Cervantes, Diego José Mateos Molina, María Dolores Guirao Pinilla y José Luis Molina Martínez, anoche, durante la presentación.

Juan Antonio Grima Cervantes, Diego José Mateos Molina, María Dolores Guirao Pinilla y José Luis Molina Martínez, anoche, durante la presentación. / Pilar Wals

“Quizás, el escrito más famoso desde la antigüedad clásica acerca de la amistad sea el tratado De ‘Amicitia’, de Marco Tulio Cicerón. Quizás, una prueba de amistad, ‘Amicitae Lectio’, sea honrar a la persona hacia la que teníamos amor de amigo, al que le habíamos dado muestras de afecto y admiración, al que, poseyendo una personalidad fuerte, hasta más apta que la nuestra para muchas cosas, ejercía una especie de supremacía de la que todos nosotros participábamos gratamente, porque Juan siempre llenaba el espacio en el que se encontraba: de él siempre se aprendía algo”. José Luis Molina Martínez y Juan Grima Cervantes, coordinadores de ‘Amicitiae Lectio’, recordaban así a Juan Guirao, a quien le dedicaban otro adagio latino: “Noster amor erga te, in aeternum manebit, nuestro amor de amistad hacia ti, permanecerá hasta la eternidad”.

Y cada uno, apuntaban, lo manifiesta a su manera. “Este libro es un ejemplo, una ‘lectio’, de que esto es así. Cada uno ha destacado algo y, al final, ha resultado un verdadero tratado, si no como el ciceroniano, sí como un modélico trabajo en pro de la amistad, en este caso de la que cada uno de nosotros ha tenido con relación a Juan Guirao. Podemos sentirnos unos privilegiados por haber gozado de su presencia, de su sabiduría y de su estilo tan personalísimo de expresarse, pletórico de gracejo”.

Del volumen afirmaban sus coordinadores que es “un verdadero ramillete de muy buenos trabajos para el mejor conocimiento de la ‘Eliocroca’ de cualquier tiempo pasado y de uno de sus hijos preclaros, porque hechos como este mejoran la imagen de esta Lorca del presente, como ciudad abierta, cultural y cautivadora de ya amplia tradición”. Y añadían que “quisimos hacer un libro desde el tono afectivo que suponía la amistad de todos los participantes con Juan, en el que primara el relato de aprecio o que mostrara el destello por el que brillaba en vida de la manera en que lo hizo, y creo que se ha conseguido. Ello, sin reprimir la libertad de los colaboradores, pues, de una y otra forma, se patentizaba el conocimiento y el trabajo realizado en el Archivo Municipal, de lo que Juan se sentiría satisfecho, dado que eso es lo que él quería”. Y mostraban su “gratitud” a la familia de Juan Guirao García por la “aceptación de esta iniciativa que solo debe redundar en ella misma en cuanto conocimiento del afecto de los amigos de Juan, de los que Rafi, María Dolores y Juan, participaban”.

Durante la presentación se visionaba un entrañable vídeo documental de casi diez minutos, realizado “desde el corazón” por Mariano Hernández Pérez, “gran amigo de Juan Guirao, con textos y guion de Eduardo Sánchez Abadíe y la voz de Manuel Muñoz Clares, estos dos últimos, personas que le trataron día a día durante muchísimos años por trabajar de mancomún en el Archivo Municipal de Lorca”.

El alcalde, Diego José Mateos, mostraba su satisfacción “al comprobar que veintinueve personas diferentes, porque la número treinta es el mismo Juan Guirao García, han querido y sabido participar en este homenaje que esas mismas personas dedican al amigo desaparecido hace ya casi tres años, sabiendo entender el espíritu con el que se ha gestado este homenaje al amigo”.

El denominador común de ‘Amicitiae Lectio’, destacaba, es “ser lección de amistad y admiración por su sabiduría, por su interés por la historia, el patrimonio, el teatro y todo lo que podamos englobar bajo la denominación de Cultura, pero no solo la Cultura local, pues su pasión y enorme conocimiento, su erudición, superaba claramente este ámbito”.

Su viuda, Rafi Pinilla Fernández, y sus hijos, María Dolores y Juan Guirao Pinilla, agradecían con afecto a José Luis Molina Martínez y Juan grima Cervantes “por su iniciativa e interés por crear y editar este libro, dedicando tiempo y esfuerzo a que saliera adelante; involucrando a muchas personas, recopilando sus textos y dando forma a una idea que nació para conservar vivo su recuerdo, el recuerdo de un amigo”.

Familiares y amigos ‘arropaban’ a la viuda del homenajeado, Rafi Pinilla Fernández, y a sus hijos, María Dolores y Juan Guirao Pinilla.

Familiares y amigos ‘arropaban’ a la viuda del homenajeado, Rafi Pinilla Fernández, y a sus hijos, María Dolores y Juan Guirao Pinilla. / Pilar Wals

También mostraban su sincero agradecimiento “a todos y cada uno de los autores, reconocidos profesionales que, generosamente, han participado desde el conocimiento con los escritos que componen este volumen. Sus trabajos permitirán también, con diferentes puntos de vista, dar a conocer su experiencia en sus distintas facetas: como actor y escritor de teatro, investigador y autor de numerosas publicaciones, archivero municipal, académico de la Real de Alfonso X el Sabio, amante y conocedor del arte y de la música, o Cronista Oficial de Lorca, entre otros”.

Este compendio lo organizaba inicialmente el mismo grupo de amigos que hizo lo propio con el investigador y escritor Domingo Munuera, “que fue la primera ‘Amicitiae Lectio’ que se hizo. Hasta ahí el trabajo de Manuel Andújar Sánchez, José Antonio Ruiz Martínez y José Luis Molina”, que continuarían con sus artículos María Arcas Campoy, Cristóbal Belda Navarro, Santos Campoy García, Carlos Clementson Cerezo, Francisco José Fernández Guirao, Juan Roberto Gillman Mellado, Joaquín Gris Martínez, Juan Grima Cervantes, Melchor Guerrero Arjona, Juan Hernández Franco, Marinao Hernández Pérez, Juan Antonio López Delgado, José López Maldonado, Antonio López Martínez, Andrés Martínez Rodríguez, María Molina Jiménez, José Luis Molina Martínez, Antonio José Mula Gómez, Manuel Muñoz Clares, César Oliva Olivares, Concepción Peña Velasco, José Joaquín Peñarrubia Agius, José Quiñonero Hernández, María Luisa Robledo del Prado, Simón Ángel Ros Perán, José Antonio Ruiz Martínez, Eduardo Sánchez Abadíe, Pedro Felipe Sánchez Granados y Pedro Segura Artero.

En el preámbulo, la “gratitud siempre”, de Eduardo Sánchez Abadíe quien compartió más de veinte años de trabajo conjunto con Juan Guirao en el Archivo Municipal de Lorca. En estas “pinceladas de amistad” relata las visitas en los últimos meses a la casa de Guirao para inventariar algunas obras y supervisar las cajas de escritos y documentos que se iban a llevar al archivo municipal. “Generoso compromiso adquirido por la familia en septiembre de 2021 y ya materializado”. En esas visitas advertía la presencia de varios retratos de Juan realizados por amigos personales. “Decidí entonces, como pequeño homenaje, escribir sobe estas obras y sus autores”. Entre las firmas están César Oliva, José María Párraga, Manuel Muñoz Barberán, Juan Jiménez Asensio y Pedro Rincón Cid, a las que sumaba otra de un óleo más reciente que se encuentra en el archivo municipal de José López Gimeno. El capítulo de Sánchez Abadíe es un repaso a esas obras y un trazo muy particular de la cercanía de los que las firmaron con el homenajeado.

La última de las pinturas a las que se refiere es precisamente el óleo de José López Gimeno. “Conocía la existencia de los retratos del presbítero José María Campoy y de Joaquín Espín Rael, cronistas y, en el caso de Espín, también archivero, y quería continuar la tradición con un retrato suyo, y así surgió el encargo. Se trata de un óleo sobre tabla que muestra a Juan en un instante preciso durante una visita al Archivo en 2017, con ese característico pelo canoso de sus años de madurez. Etá de pie en la sala de investigadores con las manos unidas sobre el pecho, en actitud reflexiva, mientras observa cuidadosamente los libros de la biblioteca”.

El retrato, aporta el autor, “se halla colocado junto a la ventana que da a la calle Selgas. Cuando llego por las mañanas al archivo y me dispongo a abrir la ventana, lo miro y digo con la mano en el pecho: ‘Buenos días, Juan Guirao’, y yo imagino que contesta: ‘Fabio, las esperanzas cortesanas prisiones son do el ambicioso muere…’. Esta serie de retratos individuales quiere ser un sentido reconocimiento hacia su figura a través de las obras y de los artistas que lo representaron y estuvieron vinculados a él por lazos de amistad, admiración y aprecio”.

Y su otro ‘compañero de andanzas’ en el Archivo Municipal, Manuel Muñoz Clares, también le dedica un capítulo en el que se refiere a Juan Guirao. “Fue durante toda su vida parroquiano de San Mateo, iglesia por la que sentía especial apego, y en su recuerdo quiero ahondar en la historia de la ermita de San Agustín que terminaría siendo el núcleo sobre el que se edificó la actual iglesia de San Mateo”. Habla del origen de la ermita, el terremoto de 1674 y el voto a San Agustín. “El 28 de agosto de 1674, después de una serie sísmica de regular intensidad iniciada el día 9 de ese mes, sufría Lorca un devastador terremoto sobre las nueve y media de la noche que dejó más de 30 muertos, una cantidad considerable de heridos y una ciudad completamente arruinada”, cuenta Muñoz Clares.

En ‘Amicitae Lectio’, libro homenaje, “se recoge parte de la vida y obra –él se ocupó en sus investigaciones de lo que quiso: Pérez de Hita, Musso Valiente y de otras cosas que se irán leyendo- de este hombre ejemplar del que todos nos sentimos amigos”.