Hacia finales del siglo XIX se erigió la que hoy es una de las más imponentes fincas agrícolas de secano que existe en la extensa llanura situada entre el Puerto de la Cadena y el Mar Menor. Se trata de Hacienda Riquelme, un palacete rural construido aproximadamente en 1857 que acaba de ser completamente restaurado por Polaris World. La empresa ha convertido el caserón en el centro neurálgico del resort al que da nombre, ya que se ha convertido en la casa club del campo de golf que lo rodea.

El inmueble ha sufrido un proceso de rehabilitación –capitaneados por los arquitectos Jesús López, Javier Fernández, Iván Martínez y Jose Manuel Chacón– que ha durado casi dos años, pero el tiempo de espera ha merecido la pena. La construcción rural conserva su esencia de antaño, aunque ahora dispone de los servicios necesarios para sus nuevos usos, como vestuarios, cafetería, restaurante y zona de juego.

Los elementos exteriores de la edificación, como el patio y los accesos, se han reconstruido con materiales que respetan el carácter histórico de la construcción, dotándolo de las instalaciones e iluminación que hacen posible su nuevo uso y resaltan los valores del edificio.

Además, el patio se convierte en el centro del conjunto, desde donde se accede a todos los servicios, y se ha ubicado en él una reconstrucción de la fuente original de mármol que había sido destruida.

El proceso de rehabilitación ha sido especialmente cuidadoso con todos los elementos existentes y se han mantenido aquellas piezas originales que mantenían un buen estado de conservación, como puertas, forjados, maderas, cerrajerías, tejas, ventanales o balaustradas. El jardín principal, el vallado y las puertas de acceso, los aljibes, el lavadero y el palomar han sido los elementos claves que ha integrado la recuperación de este conjunto arquitectónico de 2.122 metros cuadrados de construcción rehabilitada.

Las edificaciones secundarias, que eran las de peor calidad y las que se encontraban en peor estado, se han consolidado o reconstruido y, además, se han rehabilitado tanto la almazara como el casón principal. Así, el casón se ha recuperado vaciando la tabiquería interior y restaurando la estructura, las fachadas, las carpinterías, las cerchas, la escalera, las cerrajerías… y manteniendo los elementos más nobles y significativos que le confieren el carácter al conjunto.

En base al proyecto realizado por cuatro arquitectos se ha recuperado la envolvente original del conjunto, manteniendo todos los elementos que

su estado permitía. Se ha recuperado el patio central original en torno al cual se distribuyen las edificaciones secundarias, y presidido por el palacete.

Ahora, el inmueble que antaño fue una gran finca rural entre Murcia y el Mar Menor se ha convertido en un casón moderno y de lujo especialmente destinado a los amantes del deporte y el relax.