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27 junio 2024 - Redacción

¿Qué papel tiene la nicotina en el hábito de fumar?

Si. La principal causa de enfermedades relacionadas con el hábito de fumar se esconde entre el humo generado por la combustión del tabaco, y no en la nicotina. Aunque, todos sabemos que esta sustancia es adictiva y que, junto a factores como el ritual o sabor, es una de las razones por la que la gente fuma.

A pesar de que la gran mayoría de la población tiene claro que fumar es perjudicial para la salud y que la mejor decisión es dejarlo por completo o no haber empezado nunca, sigue habiendo algunos conceptos erróneos y mucha confusión acerca de cuál es la principal causa de las enfermedades ligadas al hábito de fumar. Y para seguir avanzando hacia un futuro libre de humo, es importante conocer toda la información y la evidencia científica que existe alrededor del hábito de fumar y las alternativas al cigarrillo.

Así actúa la nicotina

Es muy común pensar que la nicotina1 es la principal causante de las enfermedades relacionadas con el hábito de fumar. Cuando esta sustancia, que está presente de manera natural en la planta del tabaco, se inhala, se absorbe a través de los pulmones y por medio del torrente sanguíneo recorre el cuerpo y llega a los tejidos y órganos, incluyendo el cerebro, donde provoca la liberación de dopamina.

El mayor peligro de fumar está en la manera en la que se consume el tabaco de los cigarrillos, que es quemándolo. Así lo indica un estudio realizado por el NICE, National Institute for Health and Care Excellence, que señala que “son principalmente las toxinas y carcinógenos del humo del tabaco, no la nicotina, los que causan enfermedades y la muerte”2.

El peligro de quemar el tabaco

En el momento en que se enciende un cigarrillo comienza la combustión: un proceso en el que se pueden alcanzar temperaturas por encima de los 600ºC y, además, se genera humo. Este humo que aspira el fumador en cada calada, está compuesto por más de 6.000 sustancias químicas, de las cuales unas 100 han sido clasificadas por las autoridades de salud pública como nocivas o potencialmente nocivas.

Así, al quemar el tabaco, se genera la gran mayoría de sustancias químicas nocivas que están presentes en el humo del cigarrillo. Por ello, al eliminar la combustión (como lo hacen las alternativas sin humo) se reduce el riesgo de daño asociado al hábito de fumar. Si no hay combustión, si no se quema el tabaco, los niveles de sustancias químicas nocivas generadas pueden reducirse significativamente en comparación con el humo del cigarrillo. Esto debe ir acompañado de una evaluación científica, según cada producto, para identificar si se reducen las emisiones de sustancias químicas nocivas en comparación con el humo del cigarrillo.

¿Sin combustión se reduce el daño para la salud?

Las medidas llevadas a cabo por las autoridades sanitarias tanto para prevenir el inicio del hábito (políticas de prevención), como para fomentar su abandono (políticas de cesación), no han logrado la eficacia que se esperaba a la hora de acabar con el hábito de fumar, porque no todos los fumadores dejan el hábito y muchas personas deciden seguir fumando.

En este escenario surge una tercera vía que se está impulsando en cada vez más países: la reducción del daño. El objetivo es ofrecer una alternativa menos dañina a aquellos fumadores que de otra forma continuarían consumiendo cigarrillos, la forma más nociva del tabaco.

Aquí, las alternativas sin humo, como los dispositivos para tabaco calentado o los cigarrillos electrónicos, se posicionan como una mejor opción para estos fumadores. Al eliminar la combustión, generan un aerosol o “vapor” diferente al humo del cigarrillo, por ello tienen el potencial de reducir significativamente la exposición a sustancias químicas dañinas, en comparación con los cigarrillos convencionales. Estos productos no son inocuos y con su uso se inhala nicotina, por lo que no están dirigidos a no fumadores o menores de edad.

Sin embargo, es necesario también eliminar la desinformación alrededor de estas alternativas sin humo y dar a conocer la evidencia científica detrás de ellas. Favorecer el acceso de los fumadores adultos a una información veraz basada en evidencia científica es un pilar fundamental para impulsar las políticas de reducción del daño, y conseguir un futuro sin humo.




1La nicotina es una sustancia adictiva presente de manera natural en la hoja de tabaco. Aunque no es la principal causa de las enfermedades relacionadas con el hábito de fumar, no es inocua y está contraindicada para determinados perfiles (menores, embarazadas, lactantes, diabéticos, personas con hipertensión o insuficiencias cardiacas).
2National Institute for Health and Care Excellence, “Smoking: Harm Reduction”, June 2013.