Guerra comercial

China advierte de que los aranceles de la UE a sus coches eléctricos acabarán dañando a Europa

Esos aranceles atentan contra el libre mercado, el comercio internacional, las relaciones bilaterales, el sector automovilístico global y las cadenas de suministro, ha enumerado el Ministerio de Exteriores chino

Un automóvil de la marca china Great Wall Motors.

Un automóvil de la marca china Great Wall Motors. / EFE

Adrián Foncillas

La guerra comercial que muchos temían ya está dispuesta. Los aranceles europeos dañarán a los intereses "de la propia Europa", ha avanzado China sobre las esperadas barreras a sus vehículos eléctricos. En su primera reacción ha seguido el libreto de los últimos meses, alternando la defensa del libre mercado con llamadas a la rectificación y amenazas si no lo hace. Pekín y Bruselas se adentran en una senda imprevisible sin más certeza de que no ganará nadie.

Esos aranceles atentan contra el libre mercado, el comercio internacional, las relaciones bilaterales, el sector automovilístico global y las cadenas de suministro, ha enumerado el Ministerio de Exteriores en rueda de prensa. Las agencias internacionales llevaban horas anunciando el esperado desenlace cuando su portavoz, Lin Jian, lidiaba con el asunto del día. "Urgimos a la Unión Europea a honrar su compromiso de apoyar el libre comercio y oponerse al proteccionismo", pedía. Y finiquitaba su discurso con esa fórmula eufemística que anticipa castigos: "China tomará todas las medidas necesarias para proteger firmemente sus legítimos derechos e intereses".

Nadie dudaba de los aranceles en China desde que Francia instó la investigación sobre los presuntos subsidios al sector del automóvil eléctrico el pasado año. Esa certeza no ha mitigado la desazón. Lo intentó China a la desesperada. Incluso su presidente, Xi Jinping, regresó a Europa recientemente para convencer a sus líderes de que su industria y la local pueden convivir. Y en paralelo al brío diplomático, su prensa y comentaristas oficiosos han aireado posibles contraataques.

Escarmiento a Europa

Los vehículos de alta gama tienen muchas papeletas para soportar en breve un 25 % de impuestos. La medida afectaría sin remedio a Alemania, lo que explica que abanderase a los países contrarios a los aranceles anunciados hoy. También ha sido mencionado el vino, un drama para Francia que ya sufrió Australia. Las posibilidades de China para escarmentar a Europa son numerosas.

La sobreproducción china concentra los lamentos de Pekín y Washington en los últimos meses. Argumentan que en el sector de las energías limpias (vehículos eléctricos, baterías, paneles solares…) sus fabricantes se aprovechan de las ayudas estatales para fijar unos precios imbatibles que desalientan a los competidores locales.

Las exportaciones de coches eléctricos chinos a Europa han crecido de 57.000 unidades en 2020 a 437.000 en 2023. Responde Pekín que no es más que el comercio exterior que toda la vida ha enriquecido al primer mundo. Su prensa combatía los argumentos occidentales esta semana de nuevo. Por más que haya aumentado el caudal de vehículos chinos a Europa, sólo suponen un 8,4 % de su mercado. Y eso, razona un editorial del 'China Daily', desmiente el "mito de la invasión". El liderazgo chino del sector no descansa en los subsidios, apunta, sino en "la innovación tecnológica, una sólida cadena de suministro y un mercado interno muy competitivo".

Intereses

China intuye espurios intereses en el proteccionismo europeo y sospecha de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la más conspicua crítica de Pekín en Bruselas. "Que la investigación fuera emprendida a iniciativa de la Comisión, y no de la industria automovilística europea, indica que fue motivada desde el principio", juzga el diario. Y acaba pronosticando todo tipo de desgracias a Bruselas si continúa la senda estadounidense de la guerra comercial.