Derrota ante Zverev

Nadal se marcha de Roland Garros sin confirmar que sea su última vez

El 14 veces campeón del torneo se despide ante Zverev con su primera derrota en primera ronda en 19 participaciones

Rafa Nadal se lamenta durante su partido ante Alexander Zverev en la primera ronda de Roland Garros 2024

Rafa Nadal se lamenta durante su partido ante Alexander Zverev en la primera ronda de Roland Garros 2024 / EP

Jaume Pujol-Galceran

Después de un último baile de más de 3 horas, Rafael Nadal se despidió de Roland Garros con una derrota, por primera vez en sus 19 participaciones, en una primera ronda ante Alexander Zverev por 6-3, 7-6 (7-5) y 6-3. Luchó en la pista, pero ante el número 4 no pudo aguantar el ritmo. Salió triste, pero orgulloso anunciando que iba a volver en los Juegos Olímpicos de París este verano. No confirmó, en cambio, si será su última vez en Roland Garros o volverá en 2025.

Era día de gran final, no de primera ronda como deparó el sorteo de Roland Garros. El partido más esperado del torneo y quizá de sus 128 años de historia. La Philippe Chatrier explotó cuando el 'speaker' anunció la presentación de Nadal. La ovación del público casi apaga su voz. Los gritos de “¡Rafa! Rafa!” Resonaban en la central, cerrada por la tormenta de lluvia que caía en el exterior.

Mal comienzo

Igual que pasó en 2022, el partido con Zverev se jugó bajo el techo. El recuerdo de aquel mal día debía pasar por la cabeza del alemán, que se rompió el tobillo en semifinales después de 3 horas y 13 minutos de batalla con 7-6 (8) y 6-6 para el balear.

Nadal empezó sacando. Su dejada chocó en la red. Ese primer punto y los tres siguientes cayeron para el alemán. No era el mejor inicio. El “¡Oh!” de decepción de los 15.000 espectadores resonó en una gradas hasta la bandera. Todos volcados con el campeón de 14 títulos al que, minutos antes, se presentó cantando, uno a uno, desde el primero de 2005 hasta el último en 2022, todos sus títulos. Añadido a los éxitos del balear sus 22 Grand Slam, las 5 Copa Davis y los dos oros olímpicos, mientras Nadal escucha, vestido con camiseta y bambas color azul cielo de esperanza, listo para el último baile o el penúltimo, como se oía por los altavoces.

Jugar contra una estatua

 Zverev ya dijo que no saldría a jugar contra esa estatua que preside Roland Garros. La presión del ambiente la tiene asumida. Lo dijo tras saber que el sorteo le había emparejado con Nadal. "Entraré concentrado para enfrentarme al mejor Nadal", aunque sabía que el español no está en su máximo nivel desde hace dos años por las lesiones y solo lleva jugados ocho partidos en tierra este año.

El primer ‘break point’ (15-40) llegó en el cuarto juego. Explosión de júbilo en las gradas. Trompetas y tambores para celebrarlo, pero Zverev aguanta el pulso y supera la situación con cuatro golpes ganadores incontestables, apoyado en su saque y su poderosa derecha.

Al ritmo del 'bela ciao'

"¡Alexander!", gritaba un espectador aprovechando el silencio del momento. Nadal sabe que le toca sufrir. Esta vez tiene los pronósticos en contra. Llegaba el momento a Nadal de darlo todo y "dispuesto a morir". “Vamos Rafa”, le animan, pero Zverev mantiene la ventaja (4-2, 5-3). Pero en el siguiente juego y al tercer ‘break point’ el tenista alemán acabó con la resistencia de Nadal para apuntarse el primer set en 50 minutos.

Nadal no se rendía. “Vamos, vamos”, le animaban desde su palco después de lograr su primer ‘break’ en el segundo set (2-3) y adelantarse 4-2. La central es una caldera. Suena el ‘bela ciao, bela ciao’ en las gradas para animarle. Adrenalina a tope para Nadal que se coloca 5-3. Zverev salva la situación con su saque y con cuatro restos espectaculares igualar el marcador con un nuevo ‘break’ (5-5), salvar en el siguiente juego dos ‘break points', con dos ‘'aces’.

Djokovic y Alcaraz, espectadores

Nadal aguantó para forzar el ‘tie break’. Llega la hora de la verdad. Doce puntos a cara o cruz, a muerte. Y en el palco Novak Djokovic y Carlos Alcaraz viendo en directo la batalla. La igualdad es máxima (1-1, 2-2, 3-3) pero Zverev tomó ventaja de 5-3 para lograr el punto definitivo (7-5) con un primer saque a más de 200 km/h.

Las caras del palco de Nadal reflejaban la imposibilidad de la ansiada proeza. Pero en la pista Nadal seguía su lucha, decidido a aguantar hasta que el cuerpo le dijera basta. Logró un nuevo 'break' (2-0) para empezar el tercer set. Pero el rostro sudoroso del 14 veces campeón en París mostraba cansancio. Resopla. Las baterías de su cuerpo empiezan a estar bajas. Sus golpes pierden fuerza, sus piernas empiezan a estar pesadas.

Zverev iguala a dos y aunque Nadal le arrebató el siguiente juego el alemán ya no dejaría escapar la victoria para imponerse tras una batalla de 3 horas y 5 minutos.

"No sé si será mi última vez aquí. No lo puedo asegurar al 100%"

Rafa Nadal

— Exnúmero 1 del mundo

El tenista alemán, respetuoso, le ofreció la mano en la red, mientras la ovación a Nadal le acompañaba. El alemán agradeció su carrera y marchó para dejar a Nadal que hablara en la pista entrevistado por Cedric Pioline. "Era dificil estar aquí, no estuve seguro de venir hasta el último momento. Me cuesta describir en palabras lo que siento. Gracias a todos". Serio, pero tranquilo explicó sus dificultades para afrontar el torneo.

"Las condiciones no eran las mejores. Sabía que no estaba al 100%", decía mientras anunciaba que volverían a verle dentro de unos meses en Roland Garros dispuesto a jugar los Juegos Olímpicos. No aclaró, sin embargo, si ésta será su última presencia en el Grand Slam de la tierra. "No sé si será mi última vez. No lo puedo asegurar al 100%", manifestó.

Sinner empieza fuerte

Horas antes y en la Suzanne Lenglen, la segunda central de Roland Garros, bajo el nuevo techo cubierto, Jannik Sinner debutó para deshacerse del estadounidense Christofer Eubanks en menos de dos horas por 6-3, 6-3 y 6-4. El italiano que se retiró en Madrid con problemas en la cadera y no jugo en Roma, se ha mostrado implacable.

El italiano, último campeón del Open de Australia y segundo cabeza de serie en París, dio la sensación de haber superado sus molestias para optar al título y, si lo consigue, desbancar a Novak Djokovic del número 1 mundial, que este martes debutará "con las expectativas bajas, pero con muchas esperanzas", como ha dicho a su llegada a París.