Atriz y directora

Teresa Franco: "Con esta versión de ‘Bodas de sangre’ los puristas de Lorca solo tienen dos opciones: amarla u odiarla"

La joven compañía murciana Agosto del 36 presenta esta noche en la Semana de Teatro de Caravaca de la Cruz su nuevo musical lorquiano, el segundo tras su elogiado debut hace dos años con ‘La casa de Bernarda Alba’

La directora y actriz Teresa Franco, de la compañía Agosto del 36.

La directora y actriz Teresa Franco, de la compañía Agosto del 36. / L.O.

Enrique Soler

Enrique Soler

La compañía murciana Agosto del 36 será la encargada de amenizar una nueva noche dentro de la programación de la Semana de Teatro de Caravaca de la Cruz, que se está desarrollando como es habitual en la Plaza de Toros de la localidad. En concreto, este joven grupo teatral pondrá en escena las Bodas de sangre de Federico García Lorca, pero en una versión muy particular (y musical). Se trata, según su directora adjunta, Teresa Franco, de una oda a la cultura española: a lo viejo y a lo moderno, a la tradición que ha perdurado hasta ahora, a los bordados de las abuelas y a los zapatos con plataforma. Y al fuego y al amor incondicional, pero también al deber y la honra.

Con música en directo –que fusiona el folclore español con toques flamencos y nuevos sonidos–, la tragedia lorquiana de Agosto del 36 se presenta dentro de un paisaje poético que mira con melancolía y elogio la tradición rural española tan presente en la obra de García Lorca. Franco, que también forma parte del elenco, nos desvela las claves.

Estrenaron en Caravaca su adaptación musical de La casa de Bernarda Alba y ahora regresan con otro clásico del teatro de Lorca, Bodas de sangre.

Sí, hace un par de años. Estamos muy contentas de que hayan vuelto a contar con nosotras y de regresar a la Plaza de Toros de Caravaca.

Hablamos de una obra muy marcada por la vida y la muerte y que habla del conflicto reprimido, de las relaciones prohibidas, del deseo como fuerza transgresora...

Nosotros lo de las comedias es que no lo llevamos muy bien [Ríe]. Preferimos centrarnos en los dramas y con Federico García Lorca estos temas están siempre muy presentes. Ya se vio con La casa de Bernarda Alba y ahora se verá con esta.

¿Por qué deciden hacer este montaje?

Este musical nació como una coproducción del Festival de Teatro, Música y Danza de San Javier. El concejal vio nuestro primer trabajo y dijo: «Yo quiero trabajar con estas chicas». Así que se puso en contacto con nosotras y nos propuso preparar un estreno nacional allí. También quería que fuera una obra de Lorca, con un gran elenco encima del escenario y que, como Bernarda Alba, fuera un musical. Lo quería todo a lo grande. Y pensamos en Bodas de sangre.

¿Qué aporta Agosto del 36 a este clásico?

La música es nuestra y la dramaturgia, también (de Marina Alemán). La idea era hacerlo como si esta historia la estuviéramos viviendo nosotras; es decir, plantear unas Bodas de sangre ahora y en Murcia. Así que hay muchas referencias a diferentes pueblos de la Región. Y..., bueno, en general (música, vestuario, etc.) es una versión, digamos, actualizada, más contemporánea.

Efectivamente, la música es muy protagonista de la obra. ¿Como ha sido esa unión entre Lorca y Camarón? Da vértigo.

Hacer música desde cero es arriesgado, pero teníamos claro lo que queríamos y lo que no. Por ejemplo, no queríamos que todo fuera flamenco, que es lo que hace todo el mundo cuando intenta musicar a Lorca (aunque tanto Marina como yo somos unas fanáticas, ojo). Y por supuesto que es un género que está muy presente, pero a través de la fusión, lo que nos permite también representar otras culturas por medio del diverso abanico folclórico de nuestro país. Pretendíamos que, cuando la gente escuchara la música, se sintiera identificada, independientemente de la edad: igual algunos, los más mayores, lo hace con la típica canción de pueblo, mientras que la gente más joven quizá se puede acercar por la mezcla que hacemos con la electrónica.

Eso de introducir guiños de otros lugares es lo que también hacía Lorca con su compañía de teatro...

Sí. Y como él, lo que pretendemos es atraer a la gente al teatro; en concreto, a la gente joven, porque son el futuro de este arte. Pero es un acercamiento que afrontamos desde la música, pero también por medio del vestuario de la obra y de la estética en general de estas Bodas de sangre.

¿No se sienten los jóvenes atraídos por el teatro y, más concretamente, por los clásicos?

Nosotras, que somos jóvenes, vemos como nuestros amigos no van al teatro. Sin embargo, cuando vinieron a ver Bernarda Alba –y ahora les ha vuelto a pasar con Bodas de sangre–, se dieron cuenta de que igual sí se sentían identificados con según qué personajes, quizá por verlos vestidos de una manera que les atrae más, quizá por la música... Aunque sea una historia que difícilmente podría replicarse en nuestro tiempo, todos esos elementos ayudan a conectar con ese tipo de espectadores.

Además de la dirección, ¿qué papel interpreta?

Interpreto al personaje de la muchacha, que es como la voz del pueblo. Es la amiga de la novia y es la que lo ve todo desde fuera.

Y es una pieza más de un gran reparto.

Sí. En total, en el equipo somos catorce personas, y menos los dos actores que hacen de los padres, el resto tenemos menos de 30 años.

¿Qué tal está siendo la acogida de estas Bodas de sangre y, sobre todo, cómo de difícil es mover una obra con un elenco tan amplio?

Sinceramente, no está siendo nada fácil. Organizar y desplazar a un equipo tan grande es complicado. Es cierto que tanto en el estreno en San Javier como en la función que hicimos en el Teatro Circo de Murcia tuvimos una gran acogida: en ambas ocasiones hicimos sold out y todo el que vino a vernos salió encantadísimo, pero todavía estamos abriéndonos paso y dándonos a conocer.

¿Qué les comenta la gente que ya conocía la obra? Porque es una pieza que sorprende incluso a los más lorquianos...

Si alguien es muy purista de Lorca, hay dos opciones: o te encanta o la odias. Nosotras hemos respetado mucho el texto original porque nos encanta, pero le hemos dado un giro a esta historia y no tiene nada que ver con otras producciones que se han hecho de Bodas de sangre, o incluso con las películas. Así que sí, hay dos bandos: el de los que les encanta porque es algo totalmente innovador y el de los que dicen: «¡Madre mía! ¡A estas chiquillas se les ha ido la pinza por completo!».

¿Qué planes tienen a futuro?

Seguir moviendo los dos musicales. Estamos luchando por salir de la Región de Murcia y darnos a conocer un poco más fuera.