La Mar de Músicas

Gonzalo Sicre reflexiona sobre el aislamiento en su nueva exposición

El artista afincado en Cartagena inaugura una muestra en dos salas dentro de La Mar de Arte, ciclo que también acoge desde ayer una exposición de piezas salidas de la Colección Mariano Yera

En la imagen superior, Gonzalo Sicre junto a su obra; abajo, una de las piezas de la Colección Mariano Yera. | LOYOLA PÉREZ DE VILLEGAS

En la imagen superior, Gonzalo Sicre junto a su obra; abajo, una de las piezas de la Colección Mariano Yera. | LOYOLA PÉREZ DE VILLEGAS

M. G.

La Mar de Músicas acoge de nuevo una exposición de uno de los artistas que más vinculados están a la ciudad y al festival, Gonzalo Sicre, artista figurativo afincado en Cartagena. Se inauguró ayer, lleva por título el símbolo matemático de la relación de no pertenencia y está dividida en dos espacios, el Palacio Consistorial y la Casa Pedreño. Con ella, Sicre, uno de los artistas figurativos más interesantes de España, presenta en la sección ‘La Mar de Arte’ un trabajo exhaustivo sobre la idea de aislamiento que supone, a veces, una isla, centrándose de partida en dos personajes icónicos en esta idea: David Henry Thoreau, escritor y pionero de la resistencia pacífica, y Theodore Kaczynski, el terrorista conocido como ‘Unabomber’.

La alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, fue la encargada de la inauguración, y estuvo acompañada por el artista, el director general de Competitividad y Calidad Turística, Patricio Sánchez, el concejal de Cultura, Nacho Jáudenes, y los comisarios de la exposición, Nacho Ruiz y Carolina Parra. Asistieron además numerosos amigos y artistas vinculados con el festival y la ciudad.

David Henry Thoreau y Theodore Kaczynski, el célebre Unabomber, son dos figuras que establecen dos utopías desde un aislamiento planificado en dos cabañas relativamente similares en cuanto a volumen, cerca de 4 metros por 3. Sicre juega con la idea de estos dos espacios con sendos cuadros de una medida casi idéntica. En estos enormes formatos vemos dos mundos antagónicos, entendemos que hablamos de aislamientos enfrentados en cuanto a sus contenidos.

En la anarquía de Kaczcynski hay una retórica del fracaso, de la reutilización y de la acumulación en el interior para defenderse del mundo exterior, es una aislamiento en negativo. Thoreau, por el contrario, llena de contenido el vacío de su cabaña: una cama, una mesa y tres sillas. «Una es para la soledad, dos para la amistad, tres para la sociedad». La luz, esquiva en la oscura cabaña de Unabomber, entra a raudales por unas ventanas confiadamente grandes en la de Thoreau. Es una luz que parece de mañana pero aparece por la izquierda señalando la silla tumbada del de Concord; la de la sociedad. El exterior en maquetas, recortables… el contenedor de la misantropía como juguete, como fetiche, como juego narrativo y objeto de estudio.

Así, en la Casa Pedreño se profundiza en esta idea de aislamiento en personas y objetos, en vitrinas, en pequeños cuadros solitarios. Aislamientos y soledades de elementos «no contenidos en» (de ahí el título).

Gonzalo Sicre reflexiona sobre el aislamiento en su nueva exposición

Gonzalo Sicre reflexiona sobre el aislamiento en su nueva exposición

«Casi todas las disidencias ocurren en algún tipo de isla, bien física bien mental. La de Tomás Moro era Utopía, a la Isla Misteriosa de Julio Verne se llega en globo, la de los escritores es el reino de Rotonda y en el archipiélago Juan Fernández existe una con el nombre del más célebre de los aislados, Robinson Crusoe. Podríamos pensar que la isla es el escenario de la imaginación por encontrarse fuera del control del entorno. El aislamiento físico y mental antecede a la revelación o al acontecimiento. De aquí parte la exposición de Gonzalo Sicre», señaló su comisario Nacho Ruiz.

‘Las muchas riberas’

La alcaldesa también inauguró ayerla exposición ‘ Las muchas riberas. Islas e islarios en la Colección Mariano Yera’, que permanecerá en el Palacio Consistorial hasta el 29 de septiembre. Muestra obras de artistas como Miquel Barceló, Ferrán García Sevilla, el cartagenero Charris, Miguel Ángel Campano, Miki Leal y Patricio Cabrera. La exposición sale del catálogo de una de las colecciones más importantes de nuestro país, centrada en la pintura española contemporánea de la segunda mitad del siglo XX a la actualidad.

En palabras de Natalia Yera, directora de la colecció, «el objetivo de la Colección Mariano Yera es dar a conocer y compartir con el público las obras y los autores que tanto significan en la historia del arte de nuestro país, a través de préstamos y publicaciones o la organización de exposiciones llevadas a cabo en estrecha colaboración con los artistas y sus asesoras».

Y es que entre las principales características de la colección destacan su itinerancia por diversas ciudades españolas, así como su labor de comisariado en diferentes exposiciones. Además, muchos de los cuadros que la componen han formado parte de importantes exposiciones colectivas de arte español contemporáneo.