Entrevista | José Alcázar Editor

José Alcázar, sobre José María Álvarez: "Sin duda, era un escritor total"

Al frente de la editorial Balduque, editó la obra del poeta cartagenero junto a Pilar García

José Alcázar.  | L. O.

José Alcázar. | L. O.

Lola López

Lola López

¿Qué supone la pérdida de José María Álvarez para el mundo de la poesía nacional?

Ante todo, hay que recordar que perdemos al poeta, no su literatura. Sin duda, se trata de un escritor total, especialmente relevante en la poesía con su monumental Museo de cera. Uno de los poetas de mayor originalidad, discordante, con una personalísima mirada.

¿Qué imagen quedará de él, a través de sus textos, en la historia de la cultura de la Región?

En 1970, por ejemplo, cuando fue incluido en la antología de Castellet, el soplo fresco de un novísimo en aquella Murcia de juegos florales. El alto nivel de su literatura, mantenido en el tiempo, con poemas memorables, que deberán servirnos siempre como ejemplo. Y lo mismo como organizador de encuentros, como Ardentísima, de un nivel ya nunca igualado.

¿Cómo era trabajar con él? ¿Le gustaba estar encima del proceso o confiaba plenamente?

Colaborar con él era fácil, en el sentido de que nos presentaba unos originales muy bien trabajados, con indicaciones escritas a mano o adjuntas con pósit. Tenía sus obras perfectamente en la cabeza. Lo que ocurre es que luego libros como Museo de cera, los diarios, o sus memorias, que son de gran extensión, necesariamente conllevan un proceso de corrección. Muchas veces venía a nuestra oficina para hacerlas, digamos, ‘in situ’, es decir, señalando con su dedo sobre la pantalla del ordenador. Una anécdota muy divertida sucedió con Museo de cera. Una tarde, a última hora, le llevé personalmente las pruebas de la primera mitad del libro. Al día siguiente, me llamó a las ocho de la mañana para decir que ya la tenía corregida y que me la acercaba a casa. También le gustaba estar al tanto de la maquetación y el diseño de cubierta. Lo mejor era que verdaderamente confiaba en nosotros y valoraba nuestras ediciones, seguramente como el que más.

¿Qué peculiaridades tenía como escritor?

Un estilo desenvuelto, de gran viveza. Su personal uso de las mayúsculas. El dominio de lo conciso, pero sobre todo de lo expansivo. Su culturalismo sin límite. Su variedad de géneros y registros. Su visión de una civilización en ruinas.

¿Quiénes diría que son los grandes bebedores de su legado? ¿A quiénes ha influenciado?

Los poetas Alfredo Rodríguez y Noelia Illán, sobre todo, aunque es de esos autores únicos, difícilmente imitables. Donde ha influenciado más su cosmovisión es en los lectores: todos los alvarezianos son de una fidelidad a prueba de bombas.