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La Caja de la Rusa: la Torre Calín

"Me ha llamado la atención la acuarela que hoy comparto. Conozco bien el lugar porque lo descubrí en mis paseos en bicicleta de adolescente, dibujando el Campo de Cartagena"

La Torre Calin, ¿embrujada?

La Torre Calin, ¿embrujada? / Javier Lorente

Javier Lorente

Javier Lorente

Según pasan los días es más evidente que estamos ante una colección que se inició en los días del Barón de Benifayó y que llega, cien años después, hasta cerca de 1980, cuando la Casa de la Rusa fue adquirida por el Ayuntamiento de San Pedro del Pinatar. Lo que queda por investigar es mucho, sobre todo saber quién o quiénes realizaron las pinturas y quiénes son los personajes que van apareciendo en todas ellas.

Todo este material habla de una época en que aún no habíamos perdido mucho de nuestro patrimonio. La historia de España en aquellos años del siglo XIX hasta mediados del XX fue muy movida y, para la mayoría de los ciudadanos, muy dura. Mucho ha cambiado la cosa desde aquella época en que en la Comarca del Campo de Cartagena todos los molinos de viento estaban en pie, moliendo el cereal o sacando el agua del subsuelo para regar nuestros sedientos campos, hasta la actual, en que sólo quedan vestigios en ruinas.

Hoy los niños más pequeños tienen acceso a conectarse con todo el mundo, pero poco conocen de su propio entorno. Aún quedan vestigios de nuestro pasado, de nuestra historia, que hemos de conocer, y de nuestro patrimonio cultural, paisajístico y patrimonial que no hemos de dejar que desaparezca.

Agradezco a cuantos se están volcando en ayudarme a identificar los lugares que aparecen en esta colección de la Caja de la Rusa. Son muchas la imágenes del Mar Menor y el Mediterráneo, es una colección muy marinera, pero es muy significativo que aparezcan tantos lugares de pueblos de interior y de las zonas rurales.

Me ha llamado la atención la acuarela que hoy comparto. Conozco bien el lugar porque lo descubrí en mis paseos en bicicleta de adolescente, dibujando el Campo de Cartagena. Con los años, lo pinté para el Concurso de Pintura Rápida que se hacía en La Aljorra. Gané el primer premio con esta Torre Calín que emerge, majestuosa e impresionante, por entre todo el paisaje. Está al salir desde la diputación hacia Cartagena, siguiendo un letrero hacia la derecha que nos dirige a El Palmero.

He leído cosas de esta llamativa torre de seis plantas y confieso que siempre he pensado en lo que me gustaría subir a la última de ellas, desde la que se tiene que dominar toda la planicie de esta comarca.

La torre se construyó en los años previos a 1890, por encargo de Don Isidoro Calín, cuya hija casó con el Marqués de Fuentesol, cuya familia pasó a heredar la finca y esta construcción que tenía varias dependencias en torno, habitáculos, bodegas y caballerizas, y que aún sigue siendo de las edificaciones más altas y sorprendentes en muchos kilómetros a la redonda.

Estos lugares generan muchas historias y leyendas, casi siempre debidas a la imaginación de las gentes que nunca fueron invitadas a ninguna de las fiestas ni encuentros que en estos lugares se realizaban. Todo un mundo por imaginar. Recuerdo que, cuando estuve pintándola, un pastor me dijo que la torre estaba embrujada, que en las noches sin luna se oían voces, como lamentos pidiendo ayuda, mientras en el cuerpo superior se veía luz, como de un viejo candil. Siempre nos preguntaremos qué relación hubo entre el Barón de Benifayó y esta misteriosa y solitaria torre.