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Cine

La filmoteca particular de Ángel Cruz (Semana 1)

La filmoteca particular de Ángel Cruz (Semana 1)L.O.

Amor sin prejuicios ni etiquetas 

Call me by your name.

El verano es sinónimo de vacaciones, un tiempo de relax que aprovechamos para descansar, viajar y recargar pilas. Y qué mejor manera de comenzar nuestras vacaciones que viajando hasta el norte de Italia, en concreto hasta la provincia de Cremona, donde Elio y Oliver viven una de las historias de amor más bellas y potentes que nos ha regalado el séptimo arte en los últimos años.

Call me by your name (Luca Guadagnino, 2017) basada en la novela de André Aciman, nos sumerge en una historia sensual, vitalista, en la que triunfa el deseo y un amor sin prejuicios ni etiquetas. Una película que nos habla de la importancia de la palabra y los fantasmas del silencio.

«Llámame por tu nombre y yo te llamaré por el mío», creo que no existe mayor declaración de amor. 

Luca Guadagnino, 2017

Italia

130’                   

Oscar Mejor Guion adaptado  


Dopamina para alcanzar la feliciad

Las carcajadas de Párraga

Annie Hall

La escena de Alvin Singer (Woody Allen) luchando en la cocina contra las langostas mientras Annie Hall (Diane Keaton) toma fotografías, es uno de esos momentos icónicos de la historia del cine que todos los cinéfilos tenemos grabados a fuego y que nunca nos cansamos de recordar. El visionado de Annie Hall (Woody Allen, 1977), considerada por buena parte de la crítica como la obra cumbre del genio neoyorkino, genera en mi organismo la dosis necesaria de dopamina para alcanzar la felicidad. Una película que debería ser obligatorio revisar, al menos una vez al año y alguna que otra fiesta de guardar, bajo pena de excomunión cinéfila. Por cierto, si quieren disfrutarla en pantalla grande, fresquitos, y en su formato original en 35mm, pueden hacerlo hoy martes a las 21:30 horas en la Filmoteca Regional.

Annie Hall  

Woody Allen, 1977. 

EEUU.

94'.                     

Oscar a Mejor película, director, guion original y actriz.  

Las carcajadas de Párraga

Los hermanos Marx en una noche en Ópera

Cuando era niño, los fines de semana, mis padres nos solían poner películas en la habitación a mi y a mis hermanos para que nos quedásemos durmiendo. Recuerdo que en aquellas veladas era más o menos habitual la presencia del pintor José María Párraga, amigo de la familia, quien al abrigo del edredón se acostaba con nosotros como uno más. Recuerdo con especial cariño y nitidez una noche en la que veíamos por enésima vez Una noche en la ópera de los Hermanos Marx. Las carcajadas de Párraga eran tan escandalosas que mis hermanos y yo nos quejamos amargamente a mis padres porque no podíamos disfrutar de la película. No era para menos, estábamos viendo la comedia más divertida de la historia del cine. Y lo hacíamos junto a uno de los artistas más grandes que ha dado nuestra región. No éramos conscientes de la suerte que teníamos y del regalo que nos estaba obsequiando el destino.

Una noche en la ópera 

Sam Wood 

1935 

EE UU

94’ 

Retrato de la España de antaño, tan actual

Plácido

No se me ocurre mejor forma de celebrar el 4 de julio (modo ironía), día de la independencia en Estados Unidos, que reivindicando y recomendando una de las películas que es la flor y nata de nuestro cine patrio, hablamos de Plácido, del maestro Luis García Berlanga, palabras mayores. Cuando la canícula asfixia y racionas el aire acondicionado para que no te chupe toda la nómina, Plácido nos traslada a un futuro navideño erigiéndose como refugio climático. Probablemente sea la película española que más veces haya visto a la lo largo de mi vida, sin exagerar mínimo una vez al mes. Plácido es grandiosa la mires por donde la mires. Ese devastador retrato social de la España de antaño sorteando a la censura. Sus prodigiosos planos secuencias. José Luis López Vázquez, Cassen, Julia Caba Alba… «Siente a un pobre a su mesa», más de 60 después, sigue siendo uno de los lemas más incómodos, y por desgracia de rabiosa actualidad, que se hayan escrito.

Plácido

Luis García Berlanga

1961

España

85'

El primer amor, el despertar sexual, la muerte...

Verano del 85

François Ozon es uno de mis directores contemporáneos franceses preferidos. Cintas como Mi refugio (2009) o En la casa (2012) son una auténtica lección magistral sobre la construcción del relato. En julio de 2020, sumidos en plena pandemia, se estrenó Verano del 85. Fue la primera película que fui a ver al cine tras el confinamiento. La distancia de seguridad, las mascarillas, el miedo a la incertidumbre. Todo era extraño y diferente hasta que se apagaron las luces y se encendió el proyector. Las vacaciones de verano acaban de comenzar en un pequeño pueblo costero de Normandía y con ellas la historia de amor entre Alexis y David. Una historia que nos sumerge en las emociones del primer amor, el despertar sexual, la muerte y la importancia de cumplir una promesa hasta las últimas consecuencias. Suena Stars de la pub de Ecran total 80 en la pista de baile de una discoteca. Alexis baila junto a decenas de jóvenes a su alrededor; de repente David le pone unos auriculares y comienza a escuchar Sailing de Rod Stewart. El resto de la secuencia forma parte de la historia del cine.

Verano del 85 

François Ozon 

2020

Francia

100’ 

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