100 veranos en la Región

La Caja de la Rusa | Un tesoro en Bièvres

"Te pido que no des a conocer mi nombre. Ni a mi familia le voy a confesar por cuánto me ha salido la compra, pero acepto que le eches fotos a cuanto te sea útil para tus artículos de este verano"

Casa de la Rusa o Casa del Barón de Benifayó en San Pedro del Pinatar, 1892.

Casa de la Rusa o Casa del Barón de Benifayó en San Pedro del Pinatar, 1892. / Javier Lorente

Javier Lorente

Javier Lorente

A media hora en tren desde París se encuentra Bièvres, una pequeña localidad que, como mi pueblo, apenas tiene 5.000 habitantes. De ella viene hablándome mi admirado y querido Mariano Guillén, cronista oficial de Mazarrón, insistiéndome sobre su famosa Feria Fotográfica y de Antigüedades que se celebra cada año en la primera semana de junio.

Como quiera que yo necesitaba tomarme unos días de descanso, tras un año enfrascado en la comisión de fiestas de Pozo Estrecho, me he liado la manta a la cabeza y me he ido para arriba. Ya sabéis aquello de que si quieres llegar rápido has de ir solo, pero si quieres llegar lejos has de ir con gente. La compañía ha sido inmejorable, la de Guillén y la de un amigo de este que, por razones que después entenderéis, mantengo en el anonimato.

No tengo aquí espacio para detallar el viaje, las interesantes conversaciones que hemos compartido, ni el enrarecido clima que se respiraba estos días previos a las próximas elecciones francesas. Pues bien, voy al grano sin detenerme en lo mucho que he disfrutado en cada uno de los puestos de variadas y cuidadas antigüedades y colecciones. Os diré que alguna cosa compré con mi no muy abultado presupuesto.

Una de las cosas que más me ha sorprendido ha sido comprobar la cantidad de coleccionistas de fotografías y publicaciones antiguas de toda Europa, incluida España. Aquí se han tirado mucho de lo viejo, no hemos sabido de estos documentos que, con los años, van adquiriendo un valor excepcional como memoria de otras épocas de las que hemos de aprender y no olvidar.

Desde la Odisea hasta las aventuras de las naves espaciales de Star Wars o Star Trek, siempre he sido aficionado a la literatura, los comics y las películas de viajes, así que mi gozo no podía ser mayor al descubrir en esta feria algunos ejemplares de diarios ilustrados de viajeros del XVIII y del XIX. Guillén, sonriéndome, me decía: «Sabía que te iba a gustar esta feria y que la ibas a disfrutar». «Disfrutar se queda corto», le digo, y eso que aún no habíamos encontrado el gran tesoro que os voy a contar a continuación.

No sé si la vida está llena de casualidades, pero después de haber visto en casa de nuestro cronista tantas fotografías antiguas y documentos de Mazarrón, Cartagena, La Unión y otras localidades, y tras escucharle decir que las había encontrado en coleccionistas de otros países, casi me pareció lógica la llamada de nuestro otro compañero de viaje: «Venid, que he encontrado una caja llena de oro».

Se trataba de una antigua caja de lata, como aquellas de galletas que tenían nuestras abuelas repletas de fotografías y cartas antiguas. Era más grande que las que yo había visto hasta ahora y al abrirla había un cartón, envejecido, con un letrero escrito a mano: «Caja de la Rusa». Dentro estaba el tesoro: decenas de acuarelas, fotografías coloreadas, postales e ilustraciones. Tras una primera revisión, los tres pudimos comprobar que era una colección de lugares y rincones de la Región de Murcia.

Nuestro compañero de viaje ha comprado la caja en cuestión y me ha dicho: «Te pido que no des a conocer mi nombre. Ni a mi familia le voy a confesar por cuánto me ha salido la compra, pero acepto que le eches fotos a cuanto te sea útil para tus artículos de este verano».