Crítica

Oecumene: transmutar el cuerpo fuera de sus límites

Instituto Stocos mostró una pieza que juega con la IA y las posibilidades que esta puede aportar a la danza a través de la experimentación

Un momento de ‘Oecumene’.

Un momento de ‘Oecumene’. / Instituto Stocos

Tania Herrero

El pasado viernes, como cierre de temporada del Ciclo Danza Experimental, Instituto Stocos puso el broche final, con Oecumene, a esta programación del Centro Párraga donde, bajo el amparo de ‘experimental’, se ha podido disfrutar de una gran variedad de propuestas innovadoras del panorama actual.

La multipremiada Muriel Romero (Moscow International Ballet Competition, Prix de la Fondation de Paris-Prix de Laussane, y Premio Nacional de Danza de Barcelona) y galardonada en 2022 con el Premio Alfonso X de Danza, mostró un solo que juega con la IA y las posibilidades que esta puede aportar a la danza a través de la experimentación.

El coqueteo entre danza y tecnología no es algo nuevo, pero la investigación que realizan Romero y Palacio desde Instituto Stocos es muy interesante, no solo por lo que se pudo ver en la pieza presentada, Oecumene, sino por la línea de investigación que desarrollan desde hace años.

Oecumene instala el cuerpo de Romero en una semiesfera futurista donde la comunicación entre lo corpóreo, los sentimientos, el ambiente sonoro y las luces forman un código nuevo que interpela a la transculturalidad

Tras el sobrio e incisivo movimiento de la bailarina, arropado por una túnica roja, encontramos unos sensores de movimiento afincados en diferentes partes del cuerpo, así como en sus zapatos, que transfieren cualquier movimiento por grande o pequeño que sea a un espacio sonoro, convirtiendo la pieza en un experimento multisensorial que traslada al espectador a otro mundo.

El espacio sonoro posee un efecto mágico e inquietante. Este se consigue por la utilización de diferentes fonemas, en concreto 1.500 de distintas lenguas del mundo, que juegan con la expresividad del movimiento y se expande a través del espacio lumínico, innovador y sorpresivo que arropa la pieza de forma magistral.

Instituto Stocos, Romero y Palacios, poseen un imaginario donde el transmutar del cuerpo evoluciona fuera de sus límites corpóreos, una línea de trabajo que no a todo el mundo le puede interesar, pero que ellos desarrollan con un corte exquisito, y prueba de ello es Oecumene.