Festival

Y el jazz volvió a San Javier

El australiano Adrián Cunningham y su banda, ‘His Old School’, hicieron vibrar anoche a quienes se acercaron por la Plaza de España con un concierto muy animado y que sirvió para dar el pistoletazo de salida a la nueva edición del festival

Asier Ganuza

Asier Ganuza

San Javier no es una ciudad costera, es una isla. Una isla en un archipiélago cultural –el de la Región de Murcia en verano–, pero una isla. Porque allí las cosas se hacen diferente. Pop, rock, músicas del mundo..., más o menos, los festivales por aquí apuestan por artistas y bandas (géneros) de ‘masas’; quizá no mainstream, pero sí multitudinarias, como demostró hace apenas unos días el Rock Imperium. Pero es que hace ya camino de treinta años en este municipio ribereño apostaron por el jazz. Y fue una apuesta decidida desde el primer momento –en lo que a inversión, atención e invitados se refiere–, pese a ser un mundo históricamente reservado para apenas un puñado de entendidos. Pero, el no haber flaqueado, el haber afrontado cada nueva edición casi con una vocación pedagógica ha mantenido y mantiene a su festival, casi tres décadas después, entre los principales del sudeste español (independientemente del género).

Y el concierto inaugural de este nuevo Festival Internacional de Jazz de San Javier es un buen ejemplo de ello. A diferencia de anteriores ediciones, no fue en el Parque Almansa, sino a la vista de todos los vecinos (y visitantes): en una Plaza de España a la que asistieron los famosos entendidos, pero también otros que, quizá, simplemente querían disfrutar de la noche del viernes, muchos de ellos, en familia. Una gran noticia, por cierto, porque eso y artistas como Adrian Cunningham son las cosas que hacen ‘afición’, y lo que ha permitido a la localidad –y alrededores– entender que el jazz no es solo para expertos, que también puede ser extremadamente divertido.

Porque el de Cunningham & His Old School fue un concierto eminentemente divertido: un despliegue de swing y del tradicional jazz de Nueva Orleans que animó al baile a más de uno y que cortó la cinta de esta edición de la mejor manera posible. Porque, claro: esto acaba de empezar. Todavía tenemos por delante casi un mes de festival con algunos conciertos particularmente llamativos, como los de Gregory Porter y Diana Krall, estrellas mundiales, o como los de Calexico y Cimafunk, que amplían los horizontes del festival. Bueno, y como el de Roberto Fonseca de esta noche. El afamado pianista cubano –no hay muchos que puedan decir alardear de haberse ocupado de las teclas en el Buena Vista Social Club– será el encargado de abrir, junto con la catalana Anna Luna, las noches del Parque Almansa. Presentará, además, su último disco, La gran diversión (2023), que, como imaginará el lector, tampoco encaja mucho con esa visión prejuiciosa del jazz como una cosa estirada... Acérquense y compruébenlo ustedes mismos.