Entrevista | Daniel Ramírez García-Mina Periodista

"Los Beatles son mucho más que canciones, son recuerdos vivos, historias concretas..., lo mejor de nosotros"

Este sábado, el periodista navarro visita Lorca para presentar en el Sojo Bar su nuevo libro, ‘Tus canciones y las mías’ (2024)

Se trata de una colección de escenas cotidianas que enlaza con el vasto repertorio de uno de los grupos de su vida: The Beatles

El periodista navarro Daniel Ramírez García-Mina.

El periodista navarro Daniel Ramírez García-Mina. / Javier Carbajal

Asier Ganuza

Asier Ganuza

Daniel Ramírez García-Mina (Pamplona, 1992) es periodista. «Un periodista que escribe, nada más», matiza. El apunte es importante porque acaba de sacar un libro de poesía –el segundo que aparece bajo su firma–, y porque cuenta también con un buen puñado de títulos de narrativa de no-ficción en librerías. Pero insiste: ni escritor ni poeta, «solo un periodista que escribe». Y en este caso –el de Tus canciones y las mías (Aguilar, 2024)– lo hace sobre la vida y los Beatles, que en su caso son casi que una misma cosa. Explicará los porqués este sábado, a partir de las 12.30 horas, en el Sojo Bar de Lorca, en un encuentro en el que habrá de todo –incluso música en directo–, pero, a modo de aperitivo, hablamos con él para ver qué le une a los ‘Fab Four’.

Comencemos por el principio: ¿Cómo y cuándo aparecen los Beatles en su vida? ¿Cuál es su historia con los cuatro de Liverpool?

Los Beatles son ese gran descubrimiento que todos hacemos alguna vez en la vida. Cuando mataron a John Lennon, García-Márquez escribió: «Los Beatles son la única nostalgia segura que un hombre comparte con sus hijos». En mi caso, aparecieron en un tocadiscos, con el recopilatorio ‘Azul’ que mi padre ponía una y otra vez. Los cuatro hermanos corríamos alrededor de una mesa en el salón. Es la música de mis días felices. A partir de ahí, fui experimentando, fui descubriendo más y más. Hasta verme hoy, como un psicópata, presionando el F5 en el teclado para poder comprar una entrada y ver a Paul McCartney en Madrid. Pero lo más emocionante de este libro, de estos poemas, es descubrir, a través de los lectores, otras historias bonitas, todos esos principios que nos acompañan hasta el final.

Incide mucho en la figura del padre y en los Beatles casi como herencia familiar. ¿Qué es lo que les hace eternos, lo que les permite ser intergeneracionales?

Algunos me miran como a un loco cuando digo que los Beatles pueden compararse con Mozart. Es un modelo que nadie ha podido superar en su registro. Es más: tengo asumido que me moriré sin ver nacer un grupo que supere a los Beatles. Son canciones sensacionales en sí mismas, pero si a eso unimos todos esos recuerdos de los que te hablaba, nos encontramos con melodías que son mucho más que eso. Son recuerdos vivos, historias concretas, lo mejor de nosotros. Y yo incido en mi padre porque fue él quien me los mostró.

En cuanto a la conexión con los chavales de hoy: no lo sé, ¡es que los Beatles siguen siendo modernos! Experimentaron muchísimo. No se conformaron con el estilo de sus primeras canciones y lo tuvieron todo a favor para haberlo hecho y componer She loves you setecientas veces. Pero hicieron Because, Let it be, The long and winding road...

Hay muchos tipos de fanáticos de los Beatles y también hay muchos tipos de melómanos. ¿Cuál es su relación con la música (en general)? Se lo pregunto porque creo que es importante para entender este poemario...

He crecido en un entorno muy musical. Mi madre hizo la carrera de Guitarra Clásica, mi padre dirige un coro, mi hermano toca la guitarra de maravilla, mi hermana mayor es música barroca profesional y mi hermana pequeña toca el piano y trabaja en una fundación cultural. Yo, para qué andarnos con rodeos, soy un desgraciado que dejó primero el chelo, después el piano y después lo dejó todo... Por cierto, mi hermano interpretará canciones de los Beatles con la guitarra durante la presentación, y es un espectáculo. Cuando lo hizo en Madrid, a David Summers, el prologuista del libro, le encantó. En fin... Para mí, la música es de las cosas más importantes de la vida. Una vez, en una entrevista, José Luis Garci me dijo que no hay ningún arte comparable a la música a la hora de conectarnos con eso que podríamos llamar «la trascendencia». Coincido con él.

Dice Luis Alberto de Cuenca que él también es muy de los Beatles, pero que si fuera de los Stones este libro también le hubiera gustado. Al final, las canciones de Lennon y los suyos son, digamos, el hilo conductor, pero el magro son escenas tan comunes o cotidianas como universales, ¿no? Todos podemos desentrañar un recuerdo con esta lectura.

Sí. En realidad, los poemas son autónomos; quiero decir: podrían entenderse sin las canciones de los Beatles. Pero una vez escritos, les busqué una relación a cada uno con una canción. Me gustaba la idea de conectar las emociones que transmite cada poema con la canción que transmite esas mismas emociones. Los poemas de Tus canciones y las mías son escenas cotidianas, muy concretas, instantes sucedidos en bares, en trenes, en las calles, en mi casa, con mi mujer, con mis amigos… Son historias de amor, de amistad, de libros… Es una poesía que busca el ‘efecto espejo’. Es muy especial cuando los lectores te dicen: «Eso que cuentas también me ha pasado a mí». Los poemas hablan de lo que a todos nos sucede.

Me gustaría que profundizara en la forma en que ha logrado incluir estas canciones en estos momentos, en estos sucesos vitales revividos en verso.

Fueron días de releer esos poemas que ya estaban escritos, de cerrar los ojos y pensar: «Esto que cuento en el poema… ¿qué canción de los Beatles me provoca esa misma sensación?». Después, elegía uno o dos versos de la canción, los traducía y… ahí están. Actuando como prólogo de cada poema. Y, ahora que lo pienso... soy un miserable: he convertido a los Beatles en mis prologuistas sin avisarles. Bueno, cuando venga a Madrid le regalaré un libro a McCartney. Y otro para Ringo.

¿Cómo nace este proyecto? ¿Cuándo se percata de que esa constante (los Beatles) puede envolver un poemario así?

Cuando terminé de escribir los poemas, después del lento proceso de la corrección, busqué un hilo conductor que los uniera a todos. Pensé: «Qué suerte, debo de estar atravesando un buen momento porque todos los poemas tienen ese aire luminoso». Incluso aquellos que hablan de la nostalgia o la pérdida tienen esa luz. Entonces pensé: «¿Cuáles son las cosas más luminosas que me han pasado en la vida?». Una de ellas, las canciones de los Beatles. Y empecé a tirar de ese hilo.

¿Y cómo ha sido escrito? Porque no es nuevo en la poesía, pero desde luego es un campo que se escapa un poco al que acostumbra a recorrer (el del periodismo o la narrativa de no ficción)...

Reconozco cierto síndrome del impostor. Porque yo soy un periodista que escribe. Nada más. Lo que pasa es que, cuando publicas unos cuantos libros, te llaman ‘escritor’. Y cuando publicas un par de poemarios, te llaman ‘poeta’. En realidad, la manera de mirar, para mí, es la misma que la que practico en el periódico. Buscar el instante preciso de las cosas. Lo que pasa es que cambian los temas y cambia, sobre todo, la técnica. Eso último solo se puede aprender leyendo poesía, y es lo que intento. Sobre los temas..., una vez Jesús Quintero me manifestó su cabreo porque los periódicos no publicaran más cartas de amor. Intento, desde la vida terrenal, satisfacer al maestro.

Al hilo de la pregunta anterior, ¿que función ejerce la poesía en su vida ‘profesional’? ¿Es una suerte de abstracción, de balón de oxígeno, un divertimento...?

Es todas esas cosas. Es un divertimento casi siempre, a ratos una necesidad, a ratos un deseo. Una mezcla de todo eso. No escribo por obligación ni para ganar dinero. Me gano la vida en la radio y en el periódico. Eso me da una gran independencia a la hora de escribir. En todos los sentidos. En el tema, en el género..., en todo. Me gusta escribir y escribo. Nada más.

¿Y es de los que escribe con música? ¿Con los Beatles, quizá?

No soy capaz de leer con música. Tampoco soy capaz de escribir con música. Sí me gusta ponerme ciertas canciones cuando sé que se acerca el momento de escribir. Por ejemplo, Antonio Vega o Enrique Urquijo. Pero donde si va a haber música y en directo va a ser en la presentación en Lorca. Así que nos vemos en el Sojo Bar. Lo vamos a pasar en grande porque hablaremos de los Beatles, leeremos poemas y cantaremos sus canciones. Todo con una cerveza y un aperitivo en la mesa. ¡Ni Sánchez ofrece algo mejor a Esquerra Republicana!