En su rincón

Jutxa Ródenas, cuidando con música a los demás

Jutxa Ródenas en La Yesería.

Jutxa Ródenas en La Yesería. / Javier Lorente

Javier Lorente

Javier Lorente

Si hay un cruce perfecto entre musa, animadora, trabajadora y promotora cultural esa es Jutxa Ródenas. Tiene hilo directo con los más grandes grupos musicales del panorama nacional e internacional y, a la vez, con los más desvalidos enfermos de la sanidad pública. Lo mismo organiza eventos y conciertos multitudinarios que pincha en uno de los más importantes garitos de Murcia, en donde promueve también la música en directo y festivales imprescindibles como el Microsonidos. Quedo con esta mujer en la mítica Yesería, por la zona de las tascas de Murcia. Su rincón vital es esta cabina, donde ejerce de verdadera directora de orquesta, poseída por el rock y por un amor a la música que le sale por los poros. Aunque vive en Molina de Segura, me cuenta que nació en Roldán, en la misma casa donde un siglo antes lo hizo Hernández Ardieta, y a mí me da por pensar que algo especial habría en aquella casa que dio a dos personajes tan dispares pero tan profundamente librepensadores, modernos para su época, críticos con su entorno, pero siempre entregados a buenas causas por la cultura y por los demás. 

Me cuenta su juventud, sus salidas en bicicleta a aquel Mar Menor mágico, hoy tan enfermo como los pacientes que ella cuida. Soy un enamorado de sus escritos en las redes y de su columna semanal en LA OPINIÓN, y le confieso que me gustó aquella de Matamares, en la que hablaba de sus recuerdos de infancia y de aquellos días con la familia o con la peña de amigos junto a nuestra laguna salada: «Auténticas manos sanguinarias son las que han borrado esa infancia de la que nosotros disfrutamos y que no han permitido que nuestros hijos la repitan. Despiadadamente lo han asesinado». Su hijo adolescente se ha quedado en casa comiéndose una pizza, y su educación la comparte con su padre, que también se lo lleva algunos días: «Yo soy menos estricta, reconozco que le consiento más cosas, puede ser que yo sea un poco más ácrata y tolerante, incluso para educar. Pero ha sido un largo viaje, yo me quedé sola con mi hijo y jamás pedí ninguna manutención. En la vida no he parado de trabajar sin descanso». Sentados en la barra, mientras hablamos, no para de protestar Trufa, su mascota: una encantadora bichón maltés, que una vez que ella la coge en brazos sigue ensimismada y atenta a nuestra animada conversación.

«No es que no haya tenido suerte con mis parejas. No soy de esas personas que despotrican de sus ex, porque eso diría muy poco de mi buen gusto al haber estado con ellos. Lo cierto es que una echa de menos que llegue un domingo por la tarde y tener a tu lado alguien con quien estar de sofá y manta, pero no me siento incompleta cuando no tengo pareja. Nosotras valemos de por sí, no estamos incompletas ni en la soledad», me dice mientras me abre una Fanta y añade: «Yo soy la más feminista del mundo, creo en la igualdad por encima del mundo, he luchado mucho como mujer trabajadora para que me valoren y siempre ha tenido agallas para salir pitando ante la más mínima insinuación de quien se quería aprovechar de mí o hacerme pasar por el aro aprovechando su puesto. Las mujeres nos encontramos en los supermercados, en las reuniones con los profesores, en las AMPA, en las actividades extraescolares… Siempre las mujeres, que son las que hacemos funcionar la familia y casi el mundo».

Desde que tenía 20 años, Jutxa no ha parado de relacionarse con el panorama musical de la Región, conoció a sus amigos de MClan cuando empezaban a ensayar en Roldán y ha animado y trabajado con muchísimos músicos y grupos de por aquí y con todos los del resto de España que querían actuar en Murcia, así que aún hoy día la llaman cada vez que van a venir a nuestra Región. Nuestra conversación se detiene largamente en estos duros tiempos de la pandemia, cuyos efectos ella sufre en su trabajo de sanitaria (ha pasado por Psiquiatría, Geriatría, UCI, Urgencias y Cirugía), y también por su trabajo en el ocio nocturno y en los eventos musicales: «Me he dejado el alma organizando cosas, como mucha gente del mundo de la cultura y de la música, y a veces echamos de menos muchos más apoyos y complicidad de la Administración y también del propio público. Es injusto que nosotros estuviésemos cerrados a cal y canto y, sin embargo, los macro centros comerciales abiertos sin restricciones. Está muy bien lo del aplauso a los sanitarios, pero son necesarias muchas más cosas, incluso mayores dosis de responsabilidad entre la gente. Hemos demostrado que los oficios imprescindibles no son los que nos creíamos y, por otro lado, también se ha demostrado que la cultura es segura», y añade: «Las mascarillas y la vacunación han sido milagrosas, ahora toca echar una mano, retomar con responsabilidad la vida normal, salir, apoyar la cultura y los eventos. La música en directo tiene que volver por la salud de todos y hemos de apoyarla». Le recuerdo aquellos años en que la vi trabajando en la Feria de ARCO para varias galerías murcianas y me cuenta que de niña pintaba y quería estudiar Bellas Artes, pero que luego ha tenido mucha relación con las Artes Plásticas.

Terminamos hablando de libros porque ya me imaginaba yo que con lo bien que escribe debía leer mucho. «Siempre he leído mucho y escrito, desde el cole, cuando el profe nos ponía una redacción de un folio, yo siempre escribía tres». Siempre tan trabajadora y creativa, encantadora y buena compañera. 

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