Jesús Manuel Ruiz convertirá esta noche el recordado Cine Chaver (hoy Sala Cámelot) en una imaginaria parada de tren, en un andén lleno de recuerdos. Casualidades (en verso) es la propuesta que baja el telón del ciclo 'Cehegín a Escena', una obra que era estrenada recientemente en Cieza coincidiendo con sus fiestas patronales, de las que el polifacético Ruiz ha sido pregonero.

Tengo entendido que la idea de esta obra surgió en el mes de abril durante un bolo en Cieza. Cuéntenos un poco como nace este show .

En ocasiones me llaman instituciones privadas o públicas para hacer bolos relacionados con la literatura. Y en una cena en Cieza, en la Biblioteca Municipal, me encargaron hacer el hilo conductor de la velada. Se me ocurrió, para no hacer siempre lo mismo, contar la literatura desde otro punto de vista. Allí interpreté La cabeza de Rabi, de Rubén Darío, y cerré con El Piyayo, de José Carlos de Luna. Esa noche asistieron amigos de Madrid y de Alicante que subieron el video en redes sociales, y fue ahí cuando dos amigos de Madrid me llamaron y me animaron a hacer algo. Les dije que no dos veces, pero a la tercera... Así que el pasado 1 de mayo comencé a crear el espectáculo. Aquella noche en Cieza me acompañó un pianista, que ha creado una música maravillosa para este trabajo, y que además se ha comprometido a acompañarme durante los fines de semana, ya que él es profesor en la Escuela de Arte Dramático de Murcia y yo sigo trabajando en el mundo del periodismo durante la semana.

Y ahora la estreno en Cehegín. Estoy muy emocionado porque de aquí es desde donde yo salí para hacer mundo y donde me formé interpretativamente, independientemente de que después estuviera tres años en la Escuela Superior de Arte Dramático en Murcia y luego uno en Madrid; pero es con los primeros pasos cuando se conoce el oficio y donde se ven los vicios encima del escenario. En mi caso, fue con el grupo Arenga, con Esperanza Abril, Fernando de Ripoll y la gran Susi Espín.

No se trata de un recital de poesía al uso...

No. No hay lecturas ni atriles, está todo memorizado y dramatizado, y se cuentan historias tan potentes que cuando se ponen en escena, gustan. Por ejemplo, la poesía de Los Cobardes, de Miguel Hernández: en ella hablaba de los hombres que se iban a la guerra, pero en Casualidades (en verso) le damos una vuelta y, aunque se dramatiza el texto integro, en el show, cuando hablamos de 'los cobardes', nos referimos a los hombres a los que ellos maltratan. También hay un guiño a un autor murciano y al panocho en uno de los poemas. Todo sale desde las entrañas; no sale del alma, sino de las entrañas.

Habla de un hilo conductor diseñado por usted mismo en el que Cehegín estará muy presente.

Sí. Se trata de dos amigos que van en un tren a una ciudad a actuar, pero el tren se para y ahí empieza la historia. Hoy se parará en Cehegín.

Entonces, en cada lugar tendrá un enfoque diferente.

No se trata de un recital al uso, sino de metateatro; es decir, teatro dentro del teatro, por lo que en cada sitio por el que pase la obra ésta tendrá un protagonismo muy especial. De todas formas, y aunque la gira seguirá el próximo día 19, 20 y 21 en el Ateneo de Madrid y, después, por Málaga y Valladolid, tengo que decir que ninguno de esos sitios me va a producir tanta emoción como estar esta noche en Cehegín; aquí hay muchos presentes y muchos ausentes, y todos van a estar esta noche. Me gustaría volver a remarcar que es una obra en la que hay prosa y verso y se cuentan historias, no es un recital al uso; son historias que llenan donde el espectador, en algunas o en todas, se acaba identificando.

Ha hecho televisión, prensa y ahora teatro. ¿Con qué se queda?

Todo lo que hago me gusta, por lo que lo que decido hacer lo hago muy convencido. La radio me ha gustado mucho -empecé en las ondas-, después seguí en televisión, en Aquí hay tomate -que me ha dado mucho-, y, ahora, el teatro, que ha sido mi pasión desde que comencé muy joven. La primera función que hice fue Anillos para una dama, de Antonio Gala, en el Casino de Cehegín. La verdad es que cuando me subí al escenario en Cieza parecía que no habían pasado 16 años sin hacer teatro. No estaba nervioso, estaba muy tranquilo, y es verdad que no es lo mismo hacerlo con 20 años que con 42, porque uno es más maduro y pisa más fuerte. Se tienen más años y también más seguridad.

Ya sabe lo que es pisar la Sala Cámelot. ¿Actuar en su tierra es más complicado o una garantía?

Casualmente el pasado miércoles hace tres años que fui pregonero de las Fiestas de Cehegín, y esa noche fue mágica porque, al final, estaba hablando para mi gente. Pregonar en Cehegín es muy fácil porque Cehegín es belleza, solamente hay que mirar al Puntarrón, al Convento o simplemente a sus calles, pero se trataba de pregonar a la gente tan maravillosa que hay en esta localidad y que me ha acompañado siempre a lo largo de vida. Estoy convencido de que esta noche será igual.

Y ya, por último, decía que la obra se vestirá de largo en Madrid en el Ateneo, ¿hay proyecto para seguir girando en invierno?

Hasta ahora solo hemos estado trabajando Pablo (piano) y yo, y a última hora ha llegado al equipo un coordinador de producción, que ya se ha puesto a trabajar. Porque desde el estreno en Cieza el boca a boca ha sido muy importante -sin ver la obra, ya hay gente que está cerrando fechas en Valladolid, Zaragoza, Cartagena y otros municipios de la Región-, y ahora es cuando se puede empezar a vender el producto. Yo dije que hasta que no estuviera totalmente terminada no quería ver otras opciones. Es una obra que se puede hacer en sitios pequeños y también en grandes auditorios, y ahora mismo estamos cerrando muchas fechas.