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Ecologistas en Acción | Bodas de plata en verde

Si hay una preocupación medioambiental que está en la mente de todos es el Mar Menor y, en torno a esta laguna salada Ecologistas en Acción ha obtenido grandes avances para su protección. Pero no ha sido el único frente abierto en estas más de dos décadas de activismo

Miembros de Ecologistas en Acción (con Rubén Vives al fondo, en el centro), el pasado viernes  en Murcia.

Miembros de Ecologistas en Acción (con Rubén Vives al fondo, en el centro), el pasado viernes en Murcia. / Israel Sánchez

Beatriz Díaz

Hubo un tiempo en que los contenedores no eran de colores distintos y el reciclaje sonaba únicamente a cristal roto al caer dentro del iglú verde del vidrio. Por aquella época, las tortugas moras campaban a sus anchas por la Marina de Cope y los caballitos de mar flotaban entre las praderas marinas del Mar Menor. La realidad ahora es muy distinta y Ecologistas en Acción, que lleva más de dos décadas formando parte de las grandes batallas ambientales de la Región, cumple 25 años en un momento donde la conciencia crece, pero más aún los problemas del entorno.

Batallas ganadas y frentes abiertos

Con muchas batallas ganadas y otros tantos frentes abiertos, la asociación ha conseguido grandes logros participando en la mayoría de las grandes plataformas sociales y ambientales que han surgido en la Región a lo largo de este tiempo. «El grupo se formó a partir de la alianza de más de 300 organizaciones ecologistas distribuidas por todo el país y eso marcó la filosofía de nuestro trabajo: la unión hace la fuerza», explica a La Opinión Rubén Vives, miembro de Ecologistas en Acción.

Si hay una preocupación medioambiental que está en la mente de todos los murcianos es el Mar Menor y, en torno a esta laguna salada, la más grande de Europa, Ecologistas en Acción ha obtenido grandes avances para su protección. «Tras muchos años de denuncias contra los regadíos ilegales, se logró un hito significativo: la Confederación Hidrográfica del Segura reconoció y desmanteló unas 9.000 hectáreas de cultivos ilegales. Además, se consiguió, tras mucha persistencia, el cierre de salmueroductos y la apuesta por la recuperación y renaturalización de sus ramblas», expresa Vives.

Hay más conciencia, hay más legislación, pero estamos perdiendo biodiversidad y queda mucho por hacer

La lucha por este ecosistema único no se detuvo ahí. Desde el grupo, también ejercieron presión para que el Gobierno regional abriera expedientes de responsabilidad ambiental contra varias empresas agrícolas que vertieron salmueras con nitratos en el Mar Menor, tiñendo sus aguas de verde, y de todos los colores menos el que debería tener el mar. Otro avance notable, según Vives, fue «la visita de la Misión del Comité de Peticiones del Parlamento Europeo y su dictamen situando el foco en la agroindustria y exigiendo medidas en el origen. Fruto del trabajo conjunto con otras organizaciones».

Sus conquistas en este ámbito siguieron, Ecologistas en Acción consiguió captar la atención del comité del convenio Ramsar, un tratado ambiental intergubernamental establecido en 1971 por la Unesco, sobre la situación del ecosistema del Mar Menor. Vives va más allá y habla de un hito histórico: «En 2019, el Comité de Cumplimiento del Convenio de Barcelona (que regula las áreas ZEPIM) decidió, por primera vez en la historia del Convenio de Barcelona de Naciones Unidas, admitir a trámite una queja presentada por una organización no gubernamental».

Además, en colaboración con otras organizaciones, Ecologistas en Acción ha contribuido al avance de la Ley de Personalidad Jurídica del Mar Menor y ha mantenido este tema en el debate público. La ley representa un paso crucial para la protección y conservación de la laguna, y su presencia en la agenda pública asegura que la lucha por este valioso ecosistema continúe.

«Hay más conciencia, hay más legislación, pero estamos perdiendo biodiversidad y queda mucho por hacer»

Y no solo han conseguido mejorar el agua, también la calidad del aire. Ecologistas en Acción se ha posicionado como un referente en el tema. Sus esfuerzos han dado frutos, logrando avances notables como la creación de protocolos de información al público, la mejora en la comunicación ciudadana y el aumento de la concienciación social. Además, se ha fortalecido la red de estaciones medidoras. Gracias a su trabajo, «lo que antes era un asunto desconocido, hoy es un problema ampliamente reconocido y presente en la agenda pública», defiende el activista.

Conservación de la Marina de Cope

Si hablamos de objetivos cumplidos en la Región, es imposible ignorar sus éxitos en «la conservación del último tramo de costa de todo el litoral del levante» que queda sin transformar, la Marina de Cope, tal y como puntualiza Vives: «La sentencia del Tribunal Constitucional derogando la Disposición Adicional Octava de la Ley del Suelo regional, con la que pretendieron desproteger más de 11.000 hectáreas de terrenos protegidos para posibilitar diferentes pelotazos urbanísticos como la macrourbanización de la Marina de Cope, fue una iniciativa impulsada por Ecologistas en Acción junto a otras organizaciones».

Vives recuerda que, a pesar de los avances y de que haya más conciencia e información que nunca, todavía queda mucho por hacer: «Hay más conciencia, hay más legislación, hay estructuras gubernamentales que se dedican a la, entre comillas, conservación de la biodiversidad y del medio ambiente. Sí. Pero estamos perdiendo biodiversidad a punta pala».

El voluntariado para hacer frente a un problema visible

No hace falta ser un lince, ni un activista o un militante, para darse cuenta de que algo falla en nuestro entorno. Sobre todo, porque en la Región salta a la vista, tal y como explica Vives: «En otros sitios a lo mejor no se ve, ¿no? Es porque aquí, ¿dónde lo vemos? Por ejemplo, en el Mar Menor. Claro. Lo vemos en el cambio climático. Solo hace falta mirar al monte y ver que se están secando los pinos, los romeros, los espartos, una vegetación que es muy dura, muy dura, que es capaz de aguantar la presión de no llover, pero no tanto como para que nunca llueva».Aunque pasar a la acción no siempre es fácil y, posiblemente, por eso, la palabra merezca un lugar especial en el nombre de la asociación, cada vez más personas se ponen en marcha. Algo que ya han notado en la organización con un repunte de activistas: «Hay cosas sobre las que la gente está concienciada pero como no las ve o no las sufre, pues a lo mejor puede hacer un poco más la vista gorda, pero en Murcia es que lo vemos, lo sentimos con el clima».Por suerte, Ecologistas en Acción pone al alcance de cualquiera actividades de voluntariado, animando a que todo el mundo pueda participar para informarse sobre el entorno, concienciarse y ayudar, con iniciativas como la mejora del medio ambiente, la restauración de los espacios naturales, la limpieza de residuos, las concentraciones, las rutas a pie reivindicativas y los muestreos científicos, entre otras labores de conservación.