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Maravillas Abadía, puro nervio

«Activa», «eficaz», «organizada» o «impetuosa» son algunos de los adjetivos que los que más cerca han estado de la nueva eurodiputada de la Región por el Partido Popular pronuncian cuando se les pregunta por ‘Mara’

Maravillas Abadía, bajo el paraguas.

Maravillas Abadía, bajo el paraguas. / Juan Carlos Caval

Jaime Ferrán

Jaime Ferrán

En Bruselas llueve una media de 200 días al año. 19 al mes en invierno. Y aún recuerdan aquel diciembre de 2018, cuando se registraron menos de 11 horas de luz en esos 31 días. «Lo voy a llevar fatal», afirma estoica Maravillas Abadía, diputada electa del Parlamento Europeo por el PP. Las lluvias de esta semana en Murcia, al menos, le han servido para practicar con el paraguas. Ayer mismo viajó a la capital europea para dar sus primeros pasos en las instituciones en las que trabajará los próximos cinco años.

Dice que es «calculadora y muy organizada» y que está en «continua formación». Su trayectoria no la desmiente. Licenciada en Derecho, es doctora en Ciencias Sociales y ha hecho dos másteres. Hay más. Es funcionaria de la Administración local con Habilitación de Carácter Nacional tras haber estudiado dos oposiciones de la subescala de Secretaría-Intervención (Grupo A1) y de subescala de Secretaría. «Y ahora sigo estudiando para mi tercera oposición para la subescala de Secretaría, categoría superior», añade. Eso le daría pie a trabajar en municipios más grandes, como Madrid o Barcelona. «Quién sabe, la vida da muchas vueltas». Y tanto que las da.

El primer destino como interventora llevó a Mara —como la llaman— a Dolores (Alicante). Pero donde echó raíces fue en el Ayuntamiento de Alcantarilla, corporación en la que ha trabajado quince años. El alcalde del municipio, Joaquín Buendía, no esconde que la va a echar de menos. «Cuando me informaron de que querían incluirla en la candidatura a las europeas no pude poner ninguna pega. En casos como el suyo, hay quien lo hubiera hecho para no perder a una persona tan buena, pero yo no pienso así», explica. «En ella encontré a una estrecha colaboradora, que siempre ha estado dispuesta a hacer cualquier servicio. No solo es que sea muy activa, sino que también es profundamente eficaz», asegura. 

"Tengo el corazón partido; son muchos años en los que mis compañeros en el Ayuntamiento de Alcantarilla se han convertido en amigos", admite ella

A ella también se le está haciendo duro decir adiós. «Tengo el corazón partido; son muchos años en los que mis compañeros se han convertido en amigos», cuenta. 

Entre ellos está Antonio Franco, jefe de Gabinete de la Alcaldía. «Mara es afable, comprometida y muy impetuosa. Nunca se ha callado ante una injusticia», señala. Él, que lleva casi cuarenta años en el Consistorio, comenta que no ha visto a ningún funcionario «que absorba el trabajo como ella». Una todoterreno, vamos. 

«Es puro nervio, pero eso no quita para que cuando nos hemos visto fuera del ayuntamiento se haya comportado como lo que es, tremendamente familiar». Como es lógico, tampoco lleva bien su marcha: «La pérdida personal es tremenda, pero nos sentimos orgullosos porque va a defender nuestros intereses». 

Mara nunca ha sido una mujer de partido y fue «hace poco» cuando se afilió en el PP, teniendo como avalistas a ‘su’ alcalde, Joaquín Buendía, y al presidente del PPRM, Fernando López Miras. Aunque no lo hizo para entrar en candidatura alguna. «Nadie me preguntó si estaba afiliada y me consta que fue por el currículum». Nadie puede negar que lo tiene.  

La agotadora campaña ha sido todo un reto. De hecho, fue en la plaza Belluga y ante el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, donde participó en su primer mitin. «Estaba nerviosa antes, pero luego fui para adelante», recuerda. Entonces adelantó que «la amnistía se frenará por los tribunales españoles y por la UE». Quién sabe si le tocará luchar para que así sea.

Por ahora se va sola, a ver qué tal, y ya decidirá si se acaba llevando con ella a su marido y a sus dos hijas de 5 y 8 años. «Están contentísimos, por eso me voy tranquila». 

Lo cierto es que se le nota ilusionada cuando habla de su próxima parada. «Es toda una experiencia que vivo con mucha ilusión. Soy una gestora nata y trabajar en la UE me parece una auténtica oportunidad. Estar de primera mano decidiendo cosas que tienen su efecto en todos los ciudadanos europeos, españoles y de la Región es una inmensa responsabilidad», explica quien estaba acostumbrada a que su radio de acción no sobrepasase los límites de Alcantarilla. «Yo ya estoy estudiando», admite con una sonrisa culpable. Nadie tenía ya la menor duda.