Organización productiva y arranques voluntarios, necesarios para el sector del limón

La Mesa Regional del Cítrico, compuesta por el Gobierno regional y las organizaciones Coag, Asaja, UPA, Fecoam y Ailimpo, valora las diferentes actuaciones encaminadas a reequilibrar la producción

Momento de la reunión de la Mesa Regional del Cítrico en la Consejería de Agricultura.

Momento de la reunión de la Mesa Regional del Cítrico en la Consejería de Agricultura. / CARM

Rubén Aragón

La Mesa Regional del Cítrico, compuesta por el Gobierno regional y las organizaciones Coag, Asaja, UPA, Fecoam y Ailimpo, mantuvo una reunión en la sede de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca para analizar la situación de la producción de limón en la Región de Murcia. Durante el transcurso de la reunión, desde Fecoam se trasladó el análisis del sector, así como las diferentes propuestas que las cooperativas agrarias consideran positivas para los productores de cítricos.

Tal y como explica Joaquín Rubio, representante sectorial de Fecoam, «las propuestas deben de ir encaminadas hacia una mayor organización de la producción para ser más competitivos, regularizar la superficie, mejorar la profesionalización del sector y llegar a mejores calidades de producto».

Sobreproducción

El análisis que se hace desde la federación de cooperativas incide en que esta campaña se caracteriza por la elevada oferta en el mercado europeo, junto a una demanda que no crece en la misma proporción, afectando directamente a las cotizaciones en origen.

Así, el incremento de la producción, junto con una demanda muy estable con un crecimiento inferior al experimentado por la oferta, han generado un desequilibrio en el mercado que ha provocado la caída de los precios.

Además, desde Fecoam se apunta a la llegada de inversores ajenos a la actividad agrícola que, atraídos por rentabilidades pasadas, ha provocado que en ocho años se duplique el número de limoneros plantados. Las previsiones de volúmenes se han quedado escasas, ya que, de los 1,3 millones de toneladas, de las cuales alrededor de 315.000 toneladas pertenecían a la variedad Verna y 990.000 toneladas a la de fino, pero la realidad es que el sector se encuentra en cifras superiores más de 1.600.000 toneladas.

Para Rubio, «este año puede considerarse como el peor año para el sector del limón en su historia, con 400.000 toneladas no recolectadas, a las que hay que sumar que lo comercializado ha sido a precios muy bajos».

Reequilibrio productivo

Para el representante sectorial de Fecoam, «es difícil plantear una solución para la superficie propasada, que se encuentra en torno a 12.000 hectáreas», pero es necesario «implementar un plan de arranque voluntario para reequilibrar la producción de cítricos a la demanda del mercado».

Respecto a la retirada de fruta no comercial, para Joaquín Rubio, «uno de los grandes retos del sector es alcanzar un acuerdo entre producción, comercialización e industria, para que el precio que se percibe por la fruta destinada a industria cubra, como mínimo, los costes de retirada».

«En años con sobreproducción como este, a los precios bajos o la no comercialización, hay que sumarle el coste de retirada de la cosecha, que es la puntilla para nuestros agricultores». Por ello, «se hace necesario un ejercicio de responsabilidad por parte de todas las partes del sector para evitar la no rentabilidad para el productor, que es la base que sustenta toda la cadena».

Por otro lado, el sector necesita de medidas fiscales que ayuden a la recuperación, como la reducción de módulos para el limón de 0,07 en la región. Con una campaña «muy mala» tras los daños por las inclemencias meteorológicas, la caída en el consumo y pérdida de poder adquisitivo de los consumidores por la alta inflación, así como el descenso en las exportaciones y la situación actual, «son necesarias medidas ajustadas a la realidad de la campaña 2023».

De momento, la respuesta del Ministerio de Hacienda es negativa. Para el ministerio, en el caso del limón en la Región de Murcia, «la acumulación durante varias campañas de precios de venta bajos, frente al encarecimiento de los insumos», está fuera de las reducciones. Para este organismo, «la situación del mercado no puede ser base para una reducción del índice, al ser los criterios de rendimiento los que se utilizan».

Sanidad vegetal

Uno de los factores que más incide en la calidad del producto son los daños causados por las plagas, que se trasladan en pérdidas económicas. El cambio climático y la disminución de materias activas están provocando que algunas plagas, antes muy acotadas, estén causando daños muy relevantes, destacan desde Fecoam.

La falta de estrategia fitosanitaria en muchas explotaciones está ocasionando la aparición de resistencias en plagas que deprecian la calidad comercial de los cítricos. En este sentido, «debe ser prioritario potenciar las herramientas con las que se cuenta en materia de sanidad vegetal», remarca Rubio. Una buena forma sería recuperar la figura de las agrupaciones de tratamientos integrados en agricultura (ATRIAS). Antes del 2015, estas figuras se encargaban del control y seguimiento de plagas. «A día de hoy, no disponemos de ellas y debemos de ver la forma de retomarlas», destacan desde Fecoam.

«Urge la creación de un grupo de trabajo donde se aborden los principales problemas de plagas, se mantenga un seguimiento de ellas en campo y exista una comunicación eficaz entre los productores, comunidad científica y administración regional».

Por último, «también es necesario y urgente que la Unión Europea establezca unas reglas del juego estándar para toda la fruta que se consume en Europa».

Para Fecoam, las normas que establecen el marco jurídico para la producción europea de cítricos y los requisitos medioambientales y sociales, deben de ser exigidos de manera urgente a la fruta de países terceros que entren en Europa a través de cláusulas espejo.

«El sector citrícola es un ejemplo», afirma Joaquín Rubio, en cuanto a la producción de fruta saludable y sostenible, por lo que exigimos que los cítricos que tengan que entrar en Europa, cumplan con las mismas exigencias sociales, medioambientales y sanitarias.