Investigación

Libertad para los dos presuntos cabecillas de la red de repatriación de magrebíes muertos

Rachid S. sale de la cárcel tras abonar una fianza de 15.000 euros; Antonio C., de 5.000 euros

Interior del Instituto de Medicina Legal de Murcia.

Interior del Instituto de Medicina Legal de Murcia. / Juan Caballero

Ana Lucas

Ana Lucas

Han estado algo más de un mes entre rejas. El titular del Juzgado de Instrucción Nº 4 de Cartagena los mandó a la cárcel en marzo. Ahora, los dos presuntos cabecillas de la red que se lucraba en la Región con repatriaciones de magrebíes muertos a sus países de origen están ya en libertad con cargos, indican fuentes del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia en una nota de prensa. Se trata de dos sujetos que ingresaron inicialmente en prisión provisional por esta causa.

Uno de los sospechosos es Antonio C., en cuyo caso la Audiencia Provincial estimó un recurso, presentado por su defensa, y modificó su situación: le puso una fianza de 5.000 euros. Fianza que ya ha pagado.

El otro encausado es Rachid S., que ha salido de la cárcel tras depositar 15.000 euros de fianza.

Tres sospechosos declararán de nuevo

Por otro lado, el titular del juzgado de Instrucción número 4 de Cartagena ha acordado una nueva declaración de tres de los investigados en el marco de las diligencias en las que se investiga la posible existencia de una red que obtendría beneficios ilícitos mediante la intermediación en trámites de repatriación y funerarios. Todos ellos han pedido volver a comparecer ante el magistrado, por segunda vez, indican fuentes del TSJ de Murcia.

Igualmente, el magistrado ha acordado que se tome declaración a dos testigos, tal como habían solicitado la defensa de dos de los investigados, apuntan las mismas fuentes.

Está previsto que estas diligencias se practiquen a lo largo de los meses de mayo, junio y julio.

Cuentas bloqueadas

Igualmente se ha autorizado el volcado de datos y análisis de los teléfonos y dispositivos electrónicos intervenidos y el embargo y bloqueo de cuentas bancarias.

En este procedimiento se investigan posibles delitos de pertenencia a organización criminal, estafa, falsedad en documento público y delitos contra el respeto a los difuntos delitos de revelación de secretos y omisión del deber de perseguir delitos, entre otros.

Fotos en la morgue

Hay tres formas de identificar a una persona que llega muerta a la morgue: el ADN, las huellas dactilares y la dentadura. En la Región, como en España, hay varias bases de datos de ADN en las cuales se pueden cotejar los resultados: en esas bases de datos, a las que tienen acceso todos los cuerpos policiales, hay casos a partir de la década de los 60.

Tal y como detallan fuentes del Instituto de Medicina Legal, en ocasiones reciben una reclamación de embajadas o consulados de un país africano y, tras las comprobaciones pertinentes, el cuerpo es entregado a sus familiares, para que puedan darle sepultura.

Para que los cuerpos abandonen el centro, ha de reclamarlos alguna persona y dar su permiso el juez. Lo que ocurre con estos difuntos es que ni siquiera sus familiares saben que han muerto.  

¿Qué harían los sospechosos? Según fuentes próximas a la investigación, fotos a los cadáveres tumbados en una mesa de autopsias. De esta manera, presuntamente, actuarían al margen de la ley: mostrando la imagen a allegados que, desde su país natal, querían saber qué destino había tenido su ser querido. De esta manera, se podría producir una identificación del cuerpo que se habría saltado todos los protocolos habidos y por haber.