Opinión | Salud y Rock 'n' roll

¿Merece la pena? ¿Todo vale?

Si mañana el presidente decidiera dimitir, lo respetaría, y hasta puede que lo llegara a entender. Pero no puede vencer la mentira, los bulos, el ruido, la politización de la justicia

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. / Manu Fernández / AP

Somos muchos los que llevamos años diciendo que el ambiente político es irrespirable. La polarización, los medios y la clase política llevan años traspasando todos los límites. Los plenos y las sesiones de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados y el Senado desde hace años son un despropósito de insultos, violencia verbal, más insultos y muy poca política. El adversario se ha convertido en el enemigo; esto no va de llegar a acuerdos y construir para mejorar la vida de la gente, para tener un proyecto de país… Esto va de confrontar, desgastar, insultar, enfangar y destrozar al enemigo. Va de conseguir el minuto de gloria para los medios y las redes. Va de hacer de todo, menos política. 

Es un teatrillo, un espectáculo vacío con un nivel político bajísimo. Los medios de comunicación están al servicio de la cuenta de resultados, quien paga manda; la publicidad y el contenido juegan a un juego peligroso. A veces es incómodo ver una fundación apoyada por la extrema derecha que invierte en contenido pagado para desinformar, vendernos sus informes y blanquear una forma de agricultura que destroza nuestro entorno... Es terrible que el dinero, la publicidad y el contenido pagado puedan más que el rigor periodístico. Puedan más que plantarles cara. Es terrible que haya periodistas que se dediquen a desinformar, mentir y crear bulos a través de diarios digitales financiados con fondos de dudosas procedencias que huelen a extrema derecha y son de todo menos un medio de comunicación.

Es posible que el 11 de marzo de 2004, todo se rompiera. La confianza de la gente, la credibilidad de los medios, la manipulación de los políticos. Poco a poco, a partir de aquel día, todo cambió.

Y hablando de fango y destrozar al enemigo, esta semana Pedro Sánchez ha dado un golpe encima de la mesa y nos ha dejado con la boca abierta al publicar una carta en redes tras la noticia de una denuncia señalando a su mujer, basada en noticias falsas. Una carta desde lo humano, desde la persona que se encuentra detrás del político. Una carta para reflexionar, aunque me temo que solo estamos reflexionando una parte de la sociedad, mientras la otra sigue gritando y zurriendo mierdas con un látigo. Y en paralelo, los líderes de la derecha y la extrema derecha siguen con el discurso polarizador, siguen alimentando a la bestia. Siguen sin aflojar el discurso que sigue tensionando y polarizando.

En los últimos tiempos, a todos mis conocidos que han dado el paso de entrar en política les he dicho que me ha parecido por su parte un acto de valentía. Debe ser vocacional, porque no sé si compensa pasar por una presión mediática de este calibre, al que hay que sumarle las redes sociales y los juicios públicos constantes.

El presidente del Gobierno lo decía en su carta: «¿Merece la pena? ¿Todo vale?». Está claro que para la ponzoña política todo vale. Lo decía Miguel Ángel Rodríguez en el nuevo programa de Jon Sistiaga sobre polarización política: «A cada insulto, dos». Al más puro estilo ojo por ojo. Con el convencimiento de que solo ellos tienen la verdad, solo ellos saben hacer política y que todo lo demás es ilegítimo.

A pesar de todo, tengo claro que merece la pena seguir luchando por un país con políticas que apuestan por la justicia social y que es capaz de avanzar en derechos y libertades. Creo que las alianzas y coaliciones entre partidos democráticos es legítima. Y que Feijóo no es presidente del Gobierno porque el resto de fuerzas sumó de manera democrática.

Si mañana el presidente decidiera dimitir, lo respetaría, y hasta puede que lo llegara a entender. Pero no puede vencer la mentira, los bulos, el ruido, la politización de la justicia. No puede ganar una derecha que patalea y no acepta que este Gobierno es legítimo y que a esta legislatura todavía le queda recorrido.

¿Todo vale? Sí ¿Merece la pena? También.

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