Una negociación que se ha prolongado durante tres años y varias demandas que han sido presentadas en los tribunales siguen sin tener resolución. Los bloques de Ayuso, dos edificios construidos en el año 1953 y sobre los que el ayuntamiento de Murcia decretó el estado de ruina económica –la decisión se ampara en que su rehabilitación costaría en torno a un millón y medio de euros, que es casi el valor de los edificios– resisten en pie. Es así a pesar de que todas las partes implicadas coincidían por fin en la idoneidad de acabar con ellos para dar paso a una nueva construcción.

El derribo de los bloques ha sido motivo de conflicto entre sus propietarios y los inquilinos, que se negaban a abandonar el inmueble, y todo surgió a raiz de que hace más de tres años se desprendieran algunas cornisas de la fachada.

El Ayuntamiento tomó cartas en el asunto y su dictamen fue favorable a la demolición, algo que se daba como hecho hasta ahora. Sin embargo, la falta de liquidez por parte de la sociedad cooperativa pone en peligro un proyecto que incluía la construcción de alrededor de medio centenar de viviendas de lujo, algunas de ellas de hasta 200 metros cuadrados de superficie, más bajos comerciales, algo que contempla el Plan General de Ordenación Urbana de Murcia para esta zona de la ciudad.