El incidente ocurrido entre la abuela de un alumno del Instituto San Isidoro de Los Dolores y un profesor de este centro ha acabado en la Comisaría de Cartagena con un cruce de denuncias por agresión, por ambas partes. Más de medio centenar de compañeros del docente se concentraron ayer ante la puerta del centro en señal de protesta contra la violencia vivida en el instituto el día anterior. Los hechos, tal y como adelantó ayer LA OPINIÓN, ocurrieron el jueves, cuando el profesor cogió de la oreja al menor, que hacía caso omiso a las indicaciones del docente para que abandonase el patio y entrase en clase. Lo hizo delante de varios miembros de la familia del niño que presenciaban la escena tras la verja de separación existente entre el centro y la calle. Se da la dramática circunstancia de que el menor, de doce años de edad, presenció cómo asesinaban a su padre de una puñalada hace casi tres semanas. La Policía continúa la búsqueda del autor del homicidio.

Minutos después los familiares del niño entraron en el edificio, uno de ellos con una navaja e irrumpieron en los pasillos lanzando insultos y amenazas.

El niño no fue ayer a clase, algo que sí hizo el profesor, quien no se encontraba en el instituto en el momento de la protesta. Los profesores se mostraron indignados por la actitud violenta de la familia, de etnia gitana. «Aquí estamos vendidos. Nos somos policías y tenemos que controlar a decenas de niños cuando salen al recreo. ¿Quién nos protege a nosotros?», comentó uno de los profesores.

También el Consejo Escolar Municipal mostró ayer su apoyo al citado docente, al que calificaron en un comunicado de «víctima de un lamentable suceso» y su condena a cualquier tipo de acto agresivo en los centros escolares.

La Consejería envió ayer un inspector al centro para que emita un informe y puso a disposición del profesor y de la clase del menor apoyo psicológico y jurídico.