Era su primer día de clase después de casi tres semanas de ausencia tras haber presenciado, a sus 12 años, cómo asesinaban a su padre de una puñalada en el costado. Y el regreso no pudo ser más desafortunado. Un profesor lo cogió por la oreja para obligarle a que volviera al aula. Lo hizo delante de la familia del chico, cuya abuela respondió propinándole un fuerte guantazo en la cara al docente.

Fueron varios los minutos de tensión que se vivieron ayer en el Instituto San Isidoro de Los Dolores, en Cartagena. Todo empezó cuando un grupo de alumnos que debían estar en clase, se encontraban en el patio pegados a una valla y hablando con una familia gitana que tiene la costumbre de sentarse junto a la verja y hablar con los niños, entre los que hay hijos de dicha familia.

El profesor que se encontraba de guardia recorriendo el centro se percató de la situación e instó a los chicos a que entraran al edificio. Los niños no le hicieron caso, pese a la insistencia del docente, que perdió la paciencia y cogió a uno de ellos de la oreja para obligarle a volver al aula, con la mala fortuna de que su madre, su abuela y sus tíos eran los que estaban al otro lado de la verja.

La reacción de la familia fue inmediata. Rodearon el muro del colegio, se dirigieron a la entrada principal e irrumpieron en los pasillos lanzando insultos a gritos. Llegaron incluso hasta la sala de profesores y algunos docentes aseguran que al menos uno de ellos llevaba una navaja en la mano, aunque la directora del instituto explicó que en ningún momento hizo nada que les hiciera pensar que podía utilizarla.

Se da la circunstancia de que el padre del niño murió apuñalado por un indigente el pasado 9 de octubre en la plaza Juan Calero de Los Dolores, donde ambos se disputaban ocupar uno de los bancos de la zona. El pequeño de doce años estaba presente en ese momento y, como consecuencia del impacto, no había vuelto a ir a clase hasta ayer.

El revuelo que se montó ayer en el instituto fue tremendo y el profesor trató de disculparse. Pedía perdón continuamente, pero los familiares del niño, lejos de calmarse, seguían chillando y la abuela del alumno le propinó un fuerte guantazo en la cara al docente. «Le ha dejado marcada toda la mano», resaltó una profesora.

Al poco tiempo, se presentaron en la zona varias patrullas de la Policía, a la que la directora había llamado en medio de la trifulca. Los agentes lograron que los ánimos se calmaran y tras tomar declaración al profesor, a sus compañeros y a los familiares del niño, se marcharon con el docente para facilitarle un parte de lesiones.

La directora dijo que no sabían si iban a denunciar a la familia del alumno y que pondría los hechos en conocimiento de la consejería de Educación. No obstante, anunció que han convocado una sentada ante la puerta del instituto que celebrarán hoy a la hora del recreo, las once menos cuarto de la mañana, para protestar contra la violencia de la que son objeto los profesores.

La responsable del centro educativo explicó que este tipo de incidentes no son habituales y que la mayor parte de los alumnos no originan ningún tipo de conflictos. Restó importancia a lo ocurrido ayer. Algunos docentes admitieron que la familia del alumno puede estar bastante nerviosa por lo que le ocurrió a su padre.